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OLAYA SUÁREZ
Martes, 4 de abril 2017, 02:24
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No era la primera vez que los jabalíes se dejaban ver en el parque de Nuevo Roces, pero no había precedente del ataque a un perro. Y más aún a plena luz del día. La violencia con la que actuó el suido, que a punto estuvo de matar a una pequeña perra de raza teckel, ha generado una importante alarma entre los usuarios de la zona verde, que ayer continuaba clausurada por la Policía Local.
«Hace unos meses vimos que bajaban de entre los matorrales dos jabalíes con dos crías, pero no se acercaron donde estábamos; estuvieron un rato por el parque y luego se fueron sin más», comenta Antonio Rodríguez, usuario habitual del parque de perros que, pese a lo ocurrido, ayer continuó con su rutina diaria con sus tres mascotas. «Cerrar el parque me parece una medida un poco desmesurada, creo que deberían hacer controles, pero cerrarlo al público no es buena opción», lamenta.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, explicó ayer que el parque seguirá clausurado hasta poder garantizar la seguridad. «Es competencia del Principado el control de los jabalíes, desde el Ayuntamiento lo único que podemos hacer es intervenir en caso de que se ponga en riesgo la integridad física de los usuarios», explica. La medida de clausura de la zona de esparcimiento se mantendrá «hasta que el Principado tome una decisión al respecto».
Los vecinos del barrio de Nuevo Roces exigen a la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Autóctonos que autorice batidas para controlar la proliferación de ejemplares que cada vez se dejan ver más cerca de las zonas urbanizadas. «Ya no nos atrevemos a ir al parque con los niños y los perros, ayer -por el domingo- atacaron a un animal, pero ¿quién nos dice que no nos va a embestir a nosotros?», lamenta María del Carmen García Pérez, vecina del barrio.
En ese mismo sentido se pronuncia José Manuel Artime, preocupado por los cada vez más frecuentes problemas causados por jabalíes. «Cada vez se acercan más a la ciudad y cada vez están más familiarizados con el entorno humano, antes veían a una persona y echaban a correr, ahora parece ser que no», dice. Él mismo tuvo que esquivar hace varias semanas «un grupo de tres jabalíes» que irrumpieron en la calzada cuando conducía cerca de la carbayera de Granda. «Tuve que pegar un volantazo y menos mal que no venía nadie en sentido contrario, porque si no estaríamos hablando de un accidente gordo», asegura.
Agentes de la Policía Local volvieron ayer a recorrer el lugar en el que el domingo por la mañana un suido atacó gravemente a una perra. 'Keka', que así se llama el animal, se recupera ya en casa de la intervención quirúrgica a la que fue sometida el domingo en la clínica Montevil. «Está muy dolorida y se queja, normal... pero el veterinario dice que evoluciona bien y que no tiene afectados los órganos vitales, así que después de todo hemos tenido suerte», considera Ángel López, quien, «por la adrenalina del momento», se enfrentó al jabalí para liberar a su mascota. «No lo pensé y empecé a pegarle patadas cuando vi que la estaba matando, si lo pienso ahora en frío me da mucho respeto, era un macho de unos 70 kilos que si me ataca a mí me deja en el sitio», apunta.
Hace dos semanas la Policía Local se vio obligada a abatir a tiros a un ejemplar después de una peligrosa persecución de madrugada por el barrio de El Llano en el que conductores y viandantes tuvieron que esquivar su vertiginosa trayectoria.
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