2.312 gijoneses viven en zonas de alto riesgo de inundación, según la Confederación
La actualización del censo rebaja la población en peligro. Ahora planea instruir a los vecinos para que tomen medidas de autoprotección
RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Miércoles, 13 de enero 2021, 01:15
El último diciembre fue el más lluvioso en 60 años. Lo dice la Agencia estatal de Meteorología (Aemet) en su balance sobre un ... mes que ha recordado hasta qué punto Gijón es concejo de humedad y desbordamiento de ríos. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) lleva tiempo estudiando esas avenidas, su frecuencia, a partir de qué volumen de lluvia se producen y a qué viviendas alcanzan. Ese conocimiento lo volcó en los últimos mapas de peligrosidad y riesgo, aprobados el pasado febrero.
El trabajo precisa que en Gijón hay 2.312 personas que viven en casas o edificios levantados en sitios con alto riesgo de que un río o arroyo los termine anegando, otros 8.729 están en riesgo medio, y 40.574 en bajo. La primera categoría supone que cada década hay un 10% de posibilidades de que las aguas desborden. La segunda rebaja el riesgo al 1% cada 100 años. Y la última al 0,2% cada 500 años.
Vega de Abajo, La Camocha, los huertos de ocio de Mareo Abajo, y el parque fluvial, así como el parque de Isabel la Católica y las viviendas próximas o la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI). Son las zonas de mayor peligro. En las riberas del Piles hay 1.069 gijoneses en situación de alto riesgo y el desbordamiento del cauce también amenaza a tramos de la N-632 y la AS-377. En la confluencia del Piles y el arroyo de La Pedrera hay otros 990 vecinos expuestos.
Los mapas actualizan un trabajo anterior aprobado por la CHC en 2015. En realidad, mantienen como peligrosas las mismas zonas, pero afinan el cálculo sobre quién habita en ellas. Hace seis años se hizo con las estadísticas de densidad de población de Eurostat y ahora «hemos empleado los registros de las secciones censales del Instituto Nacional de Estadística», explica la CHC.
El cambio da una nueva envergadura al problema. En 2015 eran 4.748 los gijoneses que la CHC creía en zona de alto riesgo y 8.783 los de riesgo medio. La primera estimación duplica la actual, la segunda es similar.
En este tiempo colectivos como el Observatorio para la Sostenibilidad han hecho también sus estimaciones, situando a Gijón como una de las ciudades costeras con más probabilidad de sufrir una inundación en la próxima década, y localizando los mayores impactos en los terrenos de ArcelorMittal y la térmica de Aboño. Al margen de los cálculos, está la realidad con la que en cada avenida lidian vecinos y aseguradoras. Un informe del Consorcio de Compensación de Seguros cifraba en 21,5 millones el dinero desembolsado en seis años para cubrir daños de más de 50.000 euros en Asturias y Cantabria. La zona este de Gijón era la que más partes había pasado.
Nuevo plan este trimestre
Además de mapas de riesgo, la CHC hace planes de gestión para mitigar los perjuicios de las inundaciones de origen fluvial y marítimo. El último data de 2016 e incluía llevar más arena a la playa de San Lorenzo. No se ha hecho y esa es la norma. Aquel programa anunciaba inversiones por valor de 206 millones en todo el territorio competencia de la CHC. De ellos, dos años después solo se habían desembolsado uno, «sobre todo en la elaboración de estudios y proyectos».
Lo reconoce en un informe en el que evalúa los avances y prepara el camino para un nuevo plan de gestión que comunicará a la ciudadanía este trimestre. Entre las ideas en las que ahora insistirá avanza que está la «educación en la incertidumbre y la cultura del riesgo», para que los afectados sepan a qué están expuestos y tomen sus propias medidas de protección.
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