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Román Villasana, arquitecto director, explica detalles de las obras a la alcaldesa y al edil de Cultura, Alberto Ferrao, en la planta primera, en el antiguo claustro. FOTOS: JUAN CARLOS TUERO.

La alcaldesa de Gijón aboga por convertir Tabacalera en museo de la ciudad y centro de creación

Definirá el plan de usos en tres meses. Las obras se retomarán en agosto y los técnicos prevén dos años para adecuar el interior y construir el nuevo edificio

MARCOS MORO

GIJÓN.

Sábado, 6 de julio 2019, 02:53

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Un museo abierto que sirva de punto de partida para recorrer la ciudad y un centro de creación artística. La alcaldesa Ana González tiene claro en su cabeza cómo incardinar el simbólico edificio de Tabacalera en la oferta cultural gijonesa y aprovechar lo que puede dar de sí como compendio de la historia de la villa. La nueva regidora socialista se comprometió ayer, durante su primera visita al interior del inmueble, a que el plan de usos para el conjunto histórico de Cimavilla quedará definido en un plazo no superior a tres meses. «No se puede criticar a otros por inacción y luego no hacer nada», aseguró en referencia a los reproches que ha dirigido al equipo de gobierno saliente de Foro por su falta de impulso a este proyecto.

Reivindicó que Tabacalera es «uno de los grandes proyectos pendientes de Gijón» y, por ese motivo, aseguró que es importante ponerlo en marcha cuanto antes, empezar a darle usos y que forme parte del patrimonio tangible de la ciudad. Recordó que en el anterior mandato hubo un proceso de participación ciudadana para concretar los posibles usos y que también hubo un proyecto anterior -de 2011- para hacer de Tabacalera el gran museo de la ciudad. A su juicio, debería recogerse la idea de museo que explique la historia de la villa, pero siendo punto de partida a recorridos culturales por Gijón y que la gente joven y creadores pueda encontrar allí también un espacio de creación y de diálogo en las diferentes disciplinas artísticas.

Las mujeres, protagonistas

González remarcó que el nuevo gobierno municipal con ella al frente apostará por el sector cultural y por dar una oportunidad a los jóvenes creativos. «Tabacalera va a ser un compendio y reunión de cosas diferentes», avanzó. Defendió, asimismo, que la antigua fábrica de tabacos es un espacio donde se puede poner en valor el papel y los oficios de la mujer, desde una perspectiva de género, ya que el edificio ha estado históricamente ligado a las mujeres, primero con las monjas de la orden de las Agustinas Recoletas que levantaron el convento en el siglo XVII y luego por las cigarreras que trabajaron muchos años en el complejo fabril.

González descartó que el histórico inmueble se convierta en otro centro municipal integrado más, pero sí se mostró partidaria de estudiar que se dé cabida a algunos servicios que los vecinos reclaman.

Durante la visita el equipo de arquitectos que dirige los trabajos de consolidación desde mayo de 2016, con Román Villasana al frente, explicó que el acta de reactivación de las obras que llevaban suspendidas desde septiembre se firmará a finales de julio y que la intervención se retomará de forma efectiva durante agosto porque la constructora San José tiene que reorganizar de nuevo sus cuadrillas. A partir de ese momento están programados ocho meses y medio para culminar la intervención llevada a cabo para reforzar la estructura de Tabacalera. La consolidación del edificio antes del último parón quedó ejecutada en un 76%. El 24% que resta son remates como las carpinterías exteriores y las cargas en fachadas, así como completar la reconstrucción de la segunda planta Los retrasos han sido constantes en estos más de tres años por la necesidad de adaptar la reforma arquitectónica a los continuos hallazgos arqueológicos que han ido apareciendo entre sus muros, muchos de los cuales se mostrarán de forma diáfana al público que visite el futuro museo.

Los técnicos estiman que concluida la fase consolidatoria, la adecuación interior de Tabacalera y el levantamiento del edificio de nueva planta que albergará al Festival de Cine y un auditorio para 400 personas puede llevar dos años de trabajos. Harán falta un mínimo de 10 millones . La alcaldesa garantiza que se buscará financiación «desesperadamente».

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