«Si no aprendemos dignamente, no progresaremos»
El centro para niños y adolescentes de Mar de Niebla en La Calzada ya luce sus aulas renovadas al completo
GUILLERMO MAESE
GIJÓN.
Martes, 23 de noviembre 2021, 00:33
La Fundación Mar de Niebla reinaguró ayer las instalaciones de su centro del barrio de La Calzada. Ikea ha invertido 25.000 euros para reorganizar, rediseñar y amueblar todos los espacios del centro destinados a los proyectos de infancia y adolescencia.
«Solo podemos dar las gracias a Ikea porque su implicación ha sido enorme. El resultado es una dignificación a nuestra entidad», aseguró Blanca Cañedo, presidenta de la fundación. «Ha sido un proyecto que ha alimentado nuestro corazón», dijeron Patricia Álvarez y Victoria Villalobos, trabajadoras de Ikea encargadas del proyecto.
La sede de Mar de Niebla cuenta con un espacio de 1.600 metros cuadrados, en el que se llevan a cabo las actividades socioeducativas dirigidas a los menores. En la actualidad dan soporte a 172 niños y adolescentes, que participan en actividades preventivas vinculadas con el medioambiente, la salud y la educación a la infancia. Todos ellos pertenecen a familiar con un complicado contexto socioeconómico.
A las 17 horas comenzó la visita guiada por las aulas rediseñadas. La joven Noa Luque haría durante más de una hora la labor de guía por el centro. Todo estaba por estrenar.
En la sala para los niños de 10 a 11 años, Cris y Aya explicaron cuáles eran las tareas que allí realizaban. Zona de lectura, de estudio, de merienda, de informática, de manualidades y la zona de asamblea. En esta última, al entrar y salir, «nos contamos cómo estamos y cómo ha ido el día». Allí, Yago pidió a los asistentes contestar a una encuesta por escrito. Nervioso, claro, resopló cuando terminó de hablar. «Hay mucha gente y muchos flashes», decían los jóvenes.
En el aula de 8 a 9 años un grupo de 9 niños realizó una exposición coral sobre la importancia del derecho a la educación. «Si no aprendemos dignamente, no progresaremos», dijeron. Nerviosos pero siempre educados y con una amplia sonrisa.
Las salas para los niños de 6 y 7 años y para los de 3 a 5 años fueron las más afectadas por el rediseño de Ikea.
En la primera, la pizpireta Tania pronto se ganó el cariño de todos. Primero jugaba al 'cascayu' en la alfombra nueva, luego pasó al futbolín y finalmente explicó todas las tareas que hacía en Mar de Niebla. Y antes de marchar se acercó a los periodistas: «¿Qué escribes?¿Y por qué? Yo me llamo Tania, y ¿tú?». En esa sala todos jugaban porque ya habían merendado y hecho los deberes. Los más pequeños (de 3 a 5 años) estrenaban toda su clase. El grupo explicó a la visita lo importante del derecho al buen trato: «No tenemos que pegarnos ni gritarnos ni arañarnos», decían tímidos. El grupo de adolescentes, asimismo, defendió el derecho de los jóvenes a una dieta saludable. Mar de Niebla les organiza cada mes clases de cocina saludable.