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Paseantes por la zona conocida como el 'cascayu' desafiando el mal tiempo. ARNALDO GARCÍA

Los arquitectos que dirigirán el grupo de trabajo del Muro, partidarios de las peatonalizaciones

«En Londres mejoró la actividad comercial entre un 30 y un 40%», afirma Marcos Balbín, urbanista que insta a «un cambio de mentalidad» en Gijón

RAMÓN MUÑIZ

GIJÓN.

Sábado, 3 de octubre 2020, 00:18

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El Consejo Social decidió el jueves por unanimidad descargar el debate sobre el futuro del Muro en una comisión de 17 miembros entre políticos, vecinos, empresarios y sindicatos, presidida por un experto del Colegio de Arquitectos y con un vocal del Foro de la Movilidad. Disponen de tres o cuatro meses para perfilar las directrices de la reforma definitiva del paseo tras la peatonalización de urgencia lanzada este verano. El informe será tenido en cuenta por el equipo de gobierno local para tomar una decisión y preparar una obra que por ahora no compromete en este mandato. La alcaldesa, Ana González, aduce que las necesidades de la ciudad «son muchas» y manda la crisis económica.

El equipo de gobierno plantea el debate como un diseño de futuro y niega un problema de movilidad a resolver. Sí reconoce que en vías como la avenida de la Costa ha aumentado el tráfico, lo que provoca atascos como los de la mañana de ayer. Para procurar neutralidad a la reflexión, dio un paso a un lado y propuso situar al frente de la comisión a un especialista del Colegio de Arquitectos.

Marcos Balbín es el representante de su junta en estos asuntos. Encara la misión como un intento de «cambiar la forma de hablar de la movilidad; se trata de juntos hacer un recorrido y detectar mejor la realidad del Muro, no desde las inercias y percepciones particulares de cada uno, sino en base a los datos, indicadores y necesidades de ciudad».

Para el urbanista se abre «una oportunidad para iniciar un cambio de mentalidad». Eso sí, pide superar la dialéctica entre coches y peatones: «Lo que tenemos son directivas de la UE que nos obligan a ampliar la eficacia de las ciudades». A expensas de una reunión para cerrar si asumirá él la presidencia del comité del Muro, afirma que el arquitecto designado se apoyará en 'Hablemos de Gijón', grupo del colegio profesional que ya elaboró las alegaciones al Plan General de Ordenación y al de movilidad.

Ese equipo asume su cometido en el Muro tomando como referentes al urbanismo sostenible madurado en Barcelona y los años que pasó Sevilla de debate ciudadano hasta conformar una red ciclista completa. Trasladado a Gijón, la primera etapa será medir la «calidad de su espacio público» en el Muro, un lugar que «no termina en el paseo y los edificios, sino que afecta al barrio y la ciudad». ¿Cómo? «Antes se seguían ratios de cuánto aparcamiento necesitaba una zona sin contrapesarlo con el tráfico ni otros factores», apunta. El resultado son urbes donde el coche manda y es el peatón el que debe desviar su itinerario para encontrar el paso de cebra y bajar a la calzada para cruzar la acera. Ahora «se elevan los pasos de cebra, se obliga al coche a cambiar de nivel para pasar y eso pacifica el tráfico», anota.

Árboles, ruido y bicicletas

Para esta fase de diagnóstico el grupo estudiará los tráficos, las necesidades de los vecinos, pero también «son indicadores el número de árboles, el ruido, si tienes cerca un espacio para hacer deporte, cuánto tardas en llegar a tu centro de salud desde la puerta de casa, si el itinerario peatonal que sigues es en aceras adecuadas, es decir, de al menos tres metros de ancho».

«Todas las movilidades, la del coche, la de la bici o la peatonal, deben tener su espacio, hay gente que tiene que poder llegar a su garaje pero la movilidad peatonal es la universal», reflexiona. En segundo orden sitúa a la bici, que necesita «un carril segregado, seguro y que le permita fluidez, igual que la tienes cuando vas en coche a Oviedo». La experiencia demuestra que «si pones un carril bici seguro que permita a alguien llegar al trabajo en pocos minutos lo utiliza, incluso en lugares con más frío y lluvia que este», dice.

Balbín asume que hay un conflicto en el Muro: «En la ciudad ocurren intereses contrapuestos y lo que tenemos que hacer nosotros es intermediar para sacar el denominador común». Asegura que no es tarea exclusiva de los expertos. Hace falta pedagogía y participación sobre datos objetivos. Entre ellos, pone sobre la mesa que «las peatonalizaciones mejoran la actividad económica, esto se ha medido en Londres y mejoró la actividad de los comercios entre un 30 y un 40%». La persona que anda o va en bici «usa el comercio de proximidad, que es algo que se está perdiendo y una de las trincheras que debemos defender».

StopMuro se reivindica

En el grupo no se ha reservado sitio a StopMuro, alegando de que solo están organismos institucionalizados y también hay otra plataforma a favor de la reforma. StopMuro reaccionó aduciendo estar apoyada por 10 asociaciones de vecinos, más de 70 comercios, asociaciones de taxis y 10.000 ciudadanos que han firmado sus escritos. «¿Qué teme la señora alcaldesa? ¿Teme el debate?», desafía. En todo caso cuenta con exponer sus argumentos a través del representante que designe la Federación de Asociaciones de Vecinos Rurales.

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