Arte desde la cárcel
Objetos de madera, cristal, barro y cerámica fruto del trabajo de presos en sus talleres se exponen en el Instituto Jovellanos
Podía ser una muestra como otra cualquiera, pero la que pudieron disfrutar los alumnos del Instituto de Bachillerato Jovellanos hace ahora cinco lustros tenía la ... particularidad de que los artistas formaban parte, en su integridad, del módulo II de la cárcel del Principado. «Dicho equipo», contó por entonces EL COMERCIO, «está formado por un educador, un psicólogo, una trabajadora social, varios monitores ocupacionales, diversos maestros y un grupo de funcionarios que, dirigidos por Faustino Muñiz y en completo acuerdo con los internos, tratan de convertir el módulo en un lugar libre de drogas, donde la reinserción en la sociedad es algo más cercano a un hecho que a una bella teoría con la que llenar programas electorales».
Así contado, queda claro que a aquella exposición de arte no le faltaba, tampoco, ni ideología ni voluntad. Decían sus protagonistas que, así, luchaban por« recuperar una serie de valores, actitudes y comportamientos que son la base de nuestro objetivo para, una vez en libertad, continuar con el proceso en un programa». Talento no les faltaba: materiales como el cristal, el barro, la cerámica y la madera, así como también los más clásicos papel y lápiz, se daban cita en un proyecto del que también participaban profesores voluntarios, como Gonzalo Sancho, desde historia, «o de todo tipo de materias, llingua asturiana, graduado escolar, BUP, dibujo y alfabetización, entre otras».
El papel de los insumisos
Allá, en el módulo II de la cárcel, los internos tenían también una importante y activa colaboración. «En ese impulso a las actividades culturales juegan un importante papel los insumisos ingresados en el módulo que, a diferencia de la mayoría, no tiene problemas con la droga ya que su ingreso en prisión no estuvo causada por un comportamiento delictivo, sino por defender la no obligatoriedad del servicio militar». Quedaba poco, afortunadamente, para el fin de la presencia de insumisos en las cárceles, pero no para el referente internacional en el que se acabaría convirtiendo la UTE del módulo 2, 'espacio libre de drogas' que, desde la prisión de Villabona, alumbra, aún, tantas vidas con un rayo de esperanza.
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