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Germán Heredia, en el periódico EL COMERCIO, antes de la entrevista. JOAQUÍN PAÑEDA
«La bajísima natalidad es un problema apocalíptico»

«La bajísima natalidad es un problema apocalíptico»

Germán Heredia | Presidente de la Unión de Comerciantes ·

«La Medalla de Plata es para todos; que cada comerciante coja esos gramos de cariño que nos da el Ayuntamiento»

JOSÉ LUIS RUIZ

Domingo, 24 de febrero 2019, 03:03

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La Unión de Comerciantes del Principado de Asturias nació en 1977 circunscrita inicialmente a Gijón, después se extendió a Candás y Carreño para abarcar ahora toda la comunidad. Fue la primera organización empresarial de comerciantes de toda España y su primer presidente fue Enrique Gabiñau, dueño de una mercería en San Bernardo. Desde hace año y medio lleva el timón Germán Heredia, a quien corresponderá el honor de recoger la Medalla de Plata de la ciudad.

-¿Qué supone para la Unión de Comerciantes esta medalla?

-Es un reconocimiento a la labor del comercio gijonés, todos los comerciantes deben sentirse premiados. Así que cada uno coja el cachito que le corresponde, esos gramos de cariño que nos da el Ayuntamiento de Gijón. Para nosotros supone un poco más de responsabilidad. Esto es como un círculo vicioso, el que da también recibe y viceversa. Tengamos en cuenta que el 18% del PIB de la ciudad lo aporta el comercio.

-¿Por qué hacía falta una Unión de Comerciantes?

-En 1977 no había nada, cada uno llevaba sus cuentas y ya está. Era la época de modernización del país y pasamos a tener Hacienda, y con ella unas necesidades fiscales que no se conocían. El pilar fundamental sobre el que se creó la Unión fue el poder asesorar a los comerciantes con sus obligaciones fiscales y laborales. Casi sin darnos cuenta estábamos formando empresarios. Eran gremios separados, cada uno con un régimen distinto. Al unirnos funcionábamos como una asesoría y rebajaba mucho los precios.

-¿Cuántos socios son y han sido históricamente?

-Siempre hemos sido alrededor de 900, ahora somos 950 en toda la región porque nos estamos recuperando. Durante la crisis bajamos hasta cerca de 700. En Gijón, ahora mismo, tenemos asociados el 45 % de los comercios, cuando en España la media es menor del 30%.

-¿Cómo valoran la situación económica?

-Ahora estamos en la 'tormenta perfecta'. Instalados en una crisis de la que no hemos salido del todo. No hemos recuperado trabajadores ni comercios. Tenemos una bajísima natalidad, que es un problema apocalíptico. Y se siguen cerrando empresas punteras. Todo esto genera mucho miedo y estamos intuyendo que podríamos volver a una situación de crisis fuerte. Para rematar llegan las plataformas de internet, que están localizadas fuera y apenas generan riqueza aquí. Y el comercio no está preparado para competir con ellos. Pudimos con las grandes superficies pero esta nueva forma es diferente. Estas empresas de distribución no contribuyen al país y eso debería regularse.

-Entonces, ¿como ven el futuro?

-Bueno, después de la tormenta siempre llega la calma. Tenemos factores diferenciadores como son la proximidad, el trato humano, los comerciantes hacemos ciudad, formamos parte del ADN de las ciudades. Pero tenemos que formarnos, buscar nuevas fórmulas de venta. Y para esto internet es una herramienta imprescindible. Hay un turismo que cuando viene a Gijón quiere comprar en las tiendas locales. No estamos conectados y debemos estarlo. Tenemos que ser capaces de recoger los datos de ese cliente que viene del extranjero para poder ofrecerle más productos cuando vuelva a su casa. Por otro lado, se está extendiendo una nueva forma de comprar; ya está en Francia, en Inglaterra y Estados Unidos. El consumidor se está alejando de las grandes superficies y volviendo a los barrios. Vuelve la tendencia de los pequeños comercios, y ahí tenemos que mejorar nuestra forma de vender. En Gijón nos ha ayudado mucho la renta social. Desde que en 2017 se repartieron las primeras tarjetas, el Ayuntamiento ha introducido en el comercio cinco millones de euros. Me produce una gran alegría que la medalla la haya propuesto el PP, porque precisamente fueron los más reticentes a esta renta social. Pero es un programa fantástico. Por un lado, aporta recursos a unas familias que los necesitan. Y, por otro, es un impulso económico enorme. Algunos comercios han podido mantenerse y no cerrar, han podido contratar más personal, ha enriquecido la ciudad. Si es cierto como dicen que por esto se ha roto la regla de gasto, prefiero que haya sido así y no por otras inversiones.

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