Los expertos alertan: «Podríamos llegar a tener carabelas portuguesas seis meses al año»
El pronóstico sería una realidad de mantenerse en Asturias la previsión de más de dos grados de calentamiento hasta finales de siglo
Las colonias de carabela portuguesa solían ser visitantes muy esporádicas de nuestras costas. Pero todo cambió a partir de 2010. Desde ese año su ... presencia por estas latitudes –tan lejanas de las zonas tropicales y subtropicales que son su hábitat natural– ha sido más habitual. Y lo ha sido sobre manera en los tres últimos años, años en los que la temperatura del agua del mar ha alcanzado niveles «altísimos». Sirva como ejemplo que este año, en un único día, se retiraron de playas del concejo de Llanes cientos de ejemplares de carabela portuguesa. En Gijón, como en otros arenales asturianos, hubo varios días que se prohibió el baño para evitar sus potentes y molestas picaduras.
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LA INVESTIGACIÓN
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'PHYSALIA. Evolución de la navegación biológica a vela' Es unproyecto que implica a personal del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y de la Universidad de Oviedo. En Asturias, cuentan con la colaboración de Bioparc Acuario de Gijón (en cuyas instalaciones se preservan varios ejemplares), los grupos de salvamento del plan SAPLA, coordinados por 112-Asturias, el Observatorio Marino de Asturias y la Escuela Superior de Marina Civil. Otros participantes en el proyecto son la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC), el Sistema de Observación y Predicción Costero de las Illes Balears (SOCIB), la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile), el Joint Research Center (JRC) y el Bermuda Institute of Ocean Science-Arizona State University (EUA).
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Objetivo Mejorar el conocimiento sobre la biología y ecología de la carabela portuguesa para entender qué factores determinan su distribución y abundancia y así poder predecir con mayor precisión cuándo y dónde puede aparecer en nuestras costas.
Su presencia en el Cantábrico, hoy por hoy, sigue siendo estacional. Y, aunque está constatado que los ejemplares de carabela portuguesa que están llegando a nuestra costas se están reproduciendo aquí, «sabemos que esos vástagos no van a ser capaces de establecerse». Por ahora.
Porque «en un escenario de calentamiento y altas emisiones como las que se están manejando que, de acuerdo a los informes de Estrategia de Acción por el Clima del Principado de Asturias, refieren más de dos grados de calentamiento hasta finales de este siglo, quizá no una población estable de carabelas portuguesas pero sí podríamos llegar a tenerlas seis meses al año», explica Fernando Taboada.
Científico titular del Centro Oceanográfico de Gijón, Taboada es –junto a José Luis Acuña, catedrático de Ecología– uno de los investigadores principales del proyecto 'PHYSALIA. Evolución de la navegación biológica a vela', coordinado conjuntamente por este centro del IEO-CSIC y la Universidad de Oviedo con financiación de la Agencia Estatal de Investigación. El proyecto, de tres años de duración, arrancó en septiembre de 2024. Entre sus objetivos, conocer más cosas de esta especie –que, en ocasiones, se confunde con las medusas aunque no lo son–, como «cuánto viven, cuánto comen o cómo se reproducen».
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La investigación 'Physalia' arrancó en septiembre de 2024 y durará tres años. En los próximos meses se trabajará sobre el terreno en Rapa Nui y Bermudas
Para estudiar las carabelas portuguesas, hasta mediados de septiembre recogerán los ejemplares que los servicios de salvamento retiren de las playas y las llevarán a las instalaciones cedidas por Bioparc Acuario de Gijón en el exterior del edificio. En un tanque tienen ahora mismo treinta ejemplares. En el de al lado, el cebo con el que las alimentan. «Se les da de comer cada dos días. Peces pequeños tipo bogas, jurel y Atherinas», anota Reyes Descalzo, conservadora del Acuario.
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Diez días con vida
De momento, los investigadores asturianos han conseguido mantenerlas con vida diez días. Sus colegas de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, cuarenta. Pero en el mar viven varios meses «y lo normal sería que lleguen a un año», apunta Taboada.
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Los ejemplares que desde hace un mes son trasladados al Acuario, son pesados y medidos para observar su crecimiento. Otros ejemplares se destinan al estudio de ADN. Además de en distintos puntos de España, en los próximos meses, la investigación continuará con un experimento en mar abierto en Rapa Nui, en el Pacífico, en el que colaborará el asturiano Juan Hofer, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile), y en el Atlántico, en las islas Bermudas, junto al gijonés Leo Blanco, del Bermuda Institute of Ocean Science.
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