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En la imagen, Jorge Díaz Menéndez, en su lancha pesquera, saliendo del Puerto Deportivo de Gijón. E. C.
Tragedia en Gijón

«Llevaba muchos años con ganas de una lancha y hace cinco meses se la compró»

María José, hermana de Jorge Díaz, indica que siempre se dedicó a la peluquería y «de guaje empezó en Rodrigo, donde aprendió»

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Domingo, 1 de agosto 2021, 16:44

En el tanatorio de Cabueñes se vivía ayer una mezcla de incredulidad y tristeza por el fallecimiento de Jorge Díaz Menéndez, de 55 años, al volcar la barca en la que pescaba anteayer, frente a El Rinconín. Pero sus familiares y amigos querían recordarle como era, siempre alegre y muy entregado a los demás. «Era muy conocido en Gijón. Somos de Mieres, pero llevamos viviendo aquí desde los diez años, en la calle Progreso», explicó su hermana María José, recientemente llegada de Burgos, donde trabaja.

Tampoco terminaba de aceptar lo sucedido Javier Suárez, amigo de Jorge desde hace más de 40 años. «Era una persona encantadora, un gran amigo de sus amigos. Era el amigo que todo el mundo quisiera tener», asegura. Tal era así que, «cuando él tenía un problema, no lo exteriorizaba». «Era el mejor amigo, para lo bueno y para lo malo», remarca María José. Eli González es amiga de la familia de toda la vida y recuerda a Jorge como «siempre muy alegre».

Jorge Díaz se dedicó profesionalmente al mundo de la peluquería. «De guaje empezó en Rodrigo, donde aprendió. También estuvo en Hermanos Blanco. Después puso una peluquería en la calle del Piles y ahora la tenía en Contrueces, en la calle Río Cares».

Su afición a la pesca le venía desde niño. No en vano su padre, José Díaz Jove, fue presidente de la Federación Asturiana de Pesca hasta 2012. «Llevaba muchos años con ganas de tener una lancha para salir a pescar y hace unos cinco meses se la compró», apunta María José, quien recuerda que antes iba con un amigo que tenía una embarcación. «Llevaba pescando toda la vida».

Así como era muy entregado para los demás, en otros aspectos «era un desastre», asegura Javier Suárez, recordando con una sonrisa a su amigo fallecido. «Yo trabajo en una gasolinera y un día llegó a comprar combustible. Pero lo llevó equivocado y acabó estropeando el motor de la lancha», rememora como anécdota.

La tarde del viernes salió a la mar en compañía de otro amigo, José Ángel Bango, un mecánico experimentado que le ayudaba en el mantenimiento del motor de la embarcación, y un desafortunado golpe de mar hizo que los dos acabaran en el agua. Bango tuvo mejor fortuna, pues fue puesto a salvo justo a tiempo por el equipo de salvamento municipal. Suárez explicó que «cuando cayeron al agua, Jorge le dijo a Banco 'sal para afuera que ya me arreglo yo', y mira cómo acabó todo», lamenta.

La de Jorge Díaz es una amistad que sus amigos jamás olvidarán. «Si un día estabas 'gachu' bastaba con llamarlo y te alegraba la vida. Podía tener encima lo que fuese, que no lo transmitía», aseguran María José, Javier y Eli.

Jorge deja dos hijas, Laura y Aroa, su nieto Gaby, su compañera Carol, su madre María Obdulia, y su hermana María José, pero también un gran rosario de buenos amigos. El acto de despedida de cuerpo presente se oficiará a la una de esta tarde en el tanatorio de Cabueñes, donde sus restos serán incinerados.

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