El eterno retorno de las manchas de carbón a la playa

Dos meses antes en portaba se daba cuenta de otra mancha y la porquería que bajaba por el Piles. El diario exigía reacción y ciencia: «No queremos echar la culpa a nadie. Pedimos, tan solo, que el municipio tome en serio este problema. En Oviedo existe un centro de investigaciones dedicado a una especialidad concreta. El Instituto Nacional del Carbón. Allí pueden analizar muestras de la broza que la playa padece».

Dicho y hecho. El Consistorio recogió una muestra de 0,75 kilos y la remitió al Incar. El centro hoy adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicaba meses después su veredicto, advirtiendo que el problema era «bastante complejo, pudiéndose afirmar a priori que por el sólo estudio de la muestra enviada no sería posible llegar a resultados concretos 'positivos'».

Antes de procesar el mineral, el Ayuntamiento explicó que sus sospechas eran que las manchas llegaran por las aguas de lavado que mina La Camocha vertía en el Piles, el granel de El Musel, los muelles, o los lavaderos de la cuenca central asturiana. Faltaban aún 31 años para que el hundimiento del 'Castillo de Salas' le sumara a la lista de sospechosos. «Quizá porque de ser cierta la primera de las procedencias indicadas podría ser más fáciles las medidas que cabría adoptar para evitar esta llegada de carbón a la playa, la atención del Ayuntamiento se centró en La Camocha», expone la introducción.

Con las limitaciones de la técnica y la escasa muestra recibida, se procesó el material, determinando su composición y cualidades. Los resultados «demuestran que el carbón arrojado por el mar a la playa de Gijón no puede proceder exclusivamente de La Camocha». Por lo menos «una cuarta parte (y probablemente mucho más) es de otra procedencia», apuntaban.

Hacían falta más muestras y tiempo para aclarar el misterio pero la cosa quedó ahí. Ahora, 64 años después, la ciudad sigue preguntándose por el origen de la hulla que tizna el arenal y el Consistorio mira al mismo sitio. El edil de Medio Ambiente, Aurelio Martín, firmar hoy un convenio con el Incar para, esta vez, sí, «elucidar la procedencia» de las marchas, según anuncia la agenda del equipo de gobierno.