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DAMIÁN ARIENZA

Ingresan en prisión los dos ciudadanos rumanos detenidos por los asaltos a los llagareros

Atiende la petición de la Fiscalía al considerar los hechos muy graves y existir riesgo de fuga

Olaya Suárez

Gijón

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Sábado, 1 de septiembre 2018, 12:01

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La jueza decreta el ingresión en prisión de los dos ciudadanos rumanos detenidos por los asaltos a los llagares. Atiende la petición de la Fiscalía al considerar los hechos muy graves y existir riesgo de fuga.

Los dos delincuentes detenidos la madrugada del jueves tras perpetrar cuatro asaltos en dos llagares y dos chalés pasaron este sábado a disposición del juzgado que realiza las funciones de guardia. Durante el tiempo que permanecieron en los calabozos del cuartel de la Benemérita de Contrueces se negaron a declarar ante los agentes. La Fiscalía solicitó esta mañana el ingreso en prisión de los detenidos.

La banda organizada formada por ciudadanos de Europa del Este que en las últimas dos semanas dejó una estela de robos con intimidación en Gijón y alrededores podría estar asentada en la zona de Levante, tal y como se desprende de las investigaciones realizadas por la Guardia Civil.

Los trabajos policiales se centran ahora en identificar y localizar a los otro tres miembros del grupo criminal que lograron huir tras una vertiginosa persecución por la autovía del Cantábrico a bordo de una furgoneta de Sidra Buznego que ya ha sido recuperada. Un cuarto compinche conducía otro vehículo con el que se desplazaron hasta las parroquias maliayas de Quintueles, Quintes y Arroes para cometer los robos. También está en paradero desconocido.

La misma banda perpetró, presuntamente, un brutal asalto el domingo 19 de agosto en la vivienda familiar de Sidra Menéndez, en Fano. Allí ataron de pies y manos al empresario, su mujer, su hija y su suegra, de 92 años. Huyeron con un botín de 5.000 euros en metálico y 3.000 euros en joyas. Los encargados de la investigación trabajan en la hipótesis de que el hecho de que consiguiesen un cuantioso botín les llevó a actuar en otros dos llagares a los diez días. En Sidra Frutos amedrentaron con un destornillador a los propietarios mientras dormían de madrugada. En la casa también había un anciano de 94 años al que retuvieron en una de las estancias. Permanecieron en el interior de la vivienda más de media hora, tiempo en el que registraron de arriba a abajo la casa en busca de una caja fuerte que no existía. «Estaban obsesionados en encontrar la caja; qué caja fuerte vamos a tener si somos jubilados y vivimos de forma absolutamente normal», lamentaba Gustavo Costales.

Latas, magdalenas y licores

En los robos cometidos en Quintueles y Quintes no solo se llevaron dinero, joyas y relojes. Se hicieron con abundante comida y bebida, unos víveres de supervivencia que les permiten no tener que frecuentar ni bares ni supermercados en los que puedan levantar sospechas. De una de las viviendas se llevaron latas de conserva, botellas de licor e incluso paquetes de magdalenas. La comida y la bebida es lo único que por el momento ha podido ser recuperado por las fuerzas de seguridad. El botín de valor se lo llevaron los delincuentes que se encuentran en paradero desconocido.

Ese modus operandi de intentar pasar inadvertidos en las regiones en las que perpetran los asaltos les lleva a pernoctar en sus propios vehículos o en casas de otros compatriotas o conocidos. Evitan alojarse en hoteles y pensiones, en los que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil realizan controles diarios de los huéspedes.

La investigación continúa abierta para desarticular a la banda criminal que ha suscitado una importante alarma en una ciudad, poco habituada a este tipo de delitos.

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