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Fontaciera. A la izquierda, las ramas acumuladas provocan el desborde del río en una parcela. A la derecha, maleza y plásticos acumulados sobre el cauce del Pinzales. ADÁN GIL

Frente común para limpiar el Pinzales

La asociación vecinal de Cenero presenta hoy un escrito a la Confederación Hidrográfica para pedir medidas. Ayuntamiento y Arcelor les respaldan | Varias parroquias reclaman una actuación «inmediata» para evitar nuevas riadas

ÓSCAR PANDIELLO

GIJÓN.

Lunes, 4 de junio 2018, 00:32

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Cuando la lluvia arrecia con fuerza y las nubes no abandonan el cielo de Gijón durante varios días seguidos, los vecinos que comparten terreno con el río Pinzales se mantienen alerta ante un posible desbordamiento del río. Una posibilidad que, según explican, cada vez se vuelve más habitual. «Es impresentable. Cada vez que llueve fuerte estamos así, inunda los terrenos de los vecinos y a algunos ya les ha llegado a entrar en casa. Lo peor de todo es que no parece que se vaya a hacer nada por cambiar la cosa», lamenta Adán Gil, uno de los vecinos de Fontaciera afectados por la situación.

La causa de este aumento de las riadas está en el mantenimiento del propio río, según afirman convencidos los vecinos de la zona. «Yo tengo 39 años y en la vida vi que retirasen algunos de los elementos que obstaculizan el cauce», apunta Gil. Precisamente en el entorno de Fontaciera y Cenero es donde mayor cantidad de restos se pueden encontrar flotando en el agua. Allí, decenas de árboles caídos, plásticos y lodos impiden el correcto paso del agua. La acumulación incontrolada de tierra y gravilla en el fondo del río, asimismo, ha hecho que el nivel del agua haya subido varios centímetros en los últimos años, una situación que facilita el desborde del río cuando las fuertes lluvias hacen acto de presencia.

El mantenimiento del río, según apuntan los vecinos de la zona, es responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, a la que ya se le remitió un escrito hace varios meses alertando sobre el problema. Ante la falta de respuesta y de soluciones, la presidenta de la asociación de vecinos de Cenero, Consuelo García, remitirá hoy un nuevo escrito para recordar la existencia del problema. «Lo que tenemos en estas parroquias con el río es impresionante. Cuando hay lluvias fuertes, como las de hace unas semanas, hay vecinos que ni pueden salir de su casa», denuncia la presidenta vecinal.

«Fincas desbordadas»

Fontaciera y Cenero no son, sin embargo, las únicas zonas afectadas por las riadas. Parroquias como Veriña y Poago también sufren el efecto de la acumulación de materiales ajenos al río y, según explican, también existe la intención de levantar la voz si no se ataja el problema a corto plazo. «Es un quebradero de cabeza grandísimo. No se terminan de limpiar las aguas y los lodos muchas veces desbordan el cauce. Esto se traduce en fincas desbordadas y cierres destrozados», explica Amancio López, presidente vecinal de Veriña.

En este sentido, López no descarta convocar movilizaciones para dar visibilidad al problema, aunque no antes de esperar la respuesta de la Confederación en relación a los escritos presentados. En el anterior, impulsado por Les Caseríes, el Ayuntamiento ya mostró su compromiso con la causa.

Además del apoyo municipal, reiterado en múltiples ocasiones según explican los vecinos, otro de los agentes implicados es Arcelor, cuyas instalaciones se levantan en parcelas próximas al río. Según informa López, el próximo miércoles mantendrán una reunión con la empresa para abordar diversos temas de interés común. El saneamiento del Pinzales será uno de ellos.

«Siempre que hemos tratado el tema se han mostrado muy dispuestos a hacer frente común. Les trasladaremos las iniciativos que tenemos previstas y esperaremos a ver», apunta.

Para vecinos como Gil, asimismo, talar y mantener aseada la ribera del río supone un problema de competencias. «La mayoría de los árboles tienen más de 20 años y están cayéndose por sí solos. Si la Confederación me dice que no es asunto suyo pero no me facilita recursos para que sea yo quien sanee el río, no sé cuál es la salida», afirma.

Como organizador de las fiestas de Fontaciera, asimismo, Gil teme que si cae alguno de los árboles colindantes a la finca donde se celebra la verbena -anexa al río- la responsabilidad acabe recayendo sobre la comisión. «Estaríamos dispuestos incluso a hacer un equipo de trabajo para limpiar la zona, pero ellos no están dispuestos a aportar ningún fondo», concluye el vecino.

Pozo de tormentas

Más allá de la ribera del Pinzales, otros puntos de la ciudad siguen expuestos a las inundaciones ante una fuerte tromba de agua. Es el caso de La Calzada, con la calle Brasil como mejor ejemplo. «Hasta que el pozo de tormentas del Arbeyal no esté operativo el problema seguirá volviendo. Antes solo era la calle Brasil pero por la zona del Lauredal y de las nuevas urbanizaciones también es común», explica Teresa Prada, presidenta de la asociación de vecinos de La Calzada.

En este sentido, Moriyón afirmó la semana pasada que las infraestructuras de bombeo de La Figar y el corte de tráfico de la calle Brasil evitaron que durante las últimas lluvias el agua entrase en los locales, como sí ocurrió en 2016. También es frecuente observar encharcado el Parque Fluvial, frente a Viesques, 'reverdeciendo' su pasado como humedal.

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