El sentido adiós a «un hombre inquieto por conocer todo lo que rodea al ser humano»
La parroquia de La Asunción albergó el funeral por el ex jefe de la Policía Local de Gijón, que fue enterrado en Fano
Los rigores de la pandemia sanitaria hicieron que no pudieran entrar en la iglesia de La Asunción todas las personas que se querían despedir de Isidoro Cortina. Muchas se tuvieron que quedar fuera. Y es que Cortina, además de haber sido el jefe de la Policía Local entre 1969 y 2001, fue un hombre polifacético. Apasionado del arte y la historia, llegó a conformar un gran archivo de fotografías realizadas por él mismo. Fue «un hombre que vivió honestamente, preocupado por servir a la sociedad e inquieto por conocer todo lo que rodeaba al ser humano», según dijo el párroco de La Asunción y amigo personal de Cortina, Eduardo Jiménez, que ofició el funeral junto a Fernando Fueyo y Vicente Álvarez. Otra de sus pasiones, al igual que de su mujer, la soprano y profesora Margarita Pescador, era la música y en su funeral no podía faltar, y corrió a cargo del coro Harmonía, donde canta habitualmente la esposa del difunto, a la que sustituyó Cynthia Zebaze.
En esa búsqueda de la historia le llevó a recordar a Jiménez cuando Cortina le regaló una fotografía de la cúpula de la iglesia de La Asunción que «había encontrado en una pequeña abadía de Francia». En esa ocasión no era una imagen captada por él mismo la que le regaló al sacerdote, a pesar de que no había acto cultural o social en Gijón en el que no estuviera Isidoro Cortina con su cámara en mano para inmortalizar el momento. Esa pasión por la historia fue lo que en 1980 le llevó a ingresar en el Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea).
Su religiosidad también fue muy importante en la vida de Isidoro Cortina y de ello fue testigo el propio Eduardo Jiménez, quien quiso «presumir de un creyente. Tenemos que sentirnos orgullosos de un feligrés, un vecino implicado en la comunidad cristiana». Y es que no fueron pocas las veces que el sacerdote y el ex policía compartieron mesa y mantel para «dialogar y comentar las preocupaciones». Tal fue así que, según aseguró el párroco, «Isidoro también me explicó a mí cosas que yo no entendía y alegró mi corazón».
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La complicidad del párroco con la familia de Cortina era más que patente y les dijo que no dudaran en «idealizarlo para que en vuestra vida personal siga siendo referente de vuestras decisiones y de vuestros proyectos».
Fueron numerosas las personas que quisieron acompañar a la familia de Cortina en este momento de despedida y entre ellas se encontraba el ex concejal del Ayuntamiento de Gijón Manuel Arrieta, así como numerosos compañeros tanto del finado como de su mujer y sus hijos, además de familiares y amigos. En el aire quedó un sentimiento de que se despedía a un hombre bueno que trabajó por el bien de Gijón y de Asturias.
Isidoro Cortina del Frade falleció la madrugada del lunes a los 84 años. Deja esposa, Margarita Pescador Benavente, y tres hijos: Santiago, Pelayo y Miguel. Tras la celebración del funeral, la familia acompañó al féretro hasta el cementerio parroquial de Fano, donde recibió cristiana sepultura.