Gijón
Un resto minúsculo de ADN en la ropa de la víctima llevó a detener al violador de SomióEl minucioso trabajo policial, día y noche durante 18 días, permitió arrestar ayer al agresor, con antecedentes por otros ataques a menores
Trató de evitar por todos los medios dejar rastro sobre su identidad. Actuó embozado y con guantes, se llevó el material que empleó para inmovilizar ... y amordazar a la víctima y trató de que su ADN no fuese hallado en el cuerpo de la chica. Pero sus muchos intentos fueron en vano. La Policía Científica consiguió hallar un minúsculo fragmento de su material genético en una prenda de la menor. Fue de ese hilo del que los investigadores tiraron para poder identificar al presunto violador de Somió. Gracias a la técnica de laboratorio y a las pesquisas realizadas por los agentes, el sospechoso, de 44 años, fue detenido a primera hora de la mañana de ayer domingo tras ser localizado en un domicilio de Gijón. Cuenta con antecedentes por otras agresiones sexuales y ahora permanece a la espera de pasar a disposición judicial.
Al arresto del individuo, que posteriormente fue hospitalizado en el HUCA bajo custodia, se sumó el registro domiciliario. Los policías, con autorización del juzgado de instrucción que dirige la investigación, inspeccionaron la vivienda en busca de material y ropa que el presunto violador pudiera haber utilizado el día del ataque de Somió. Además, se requisaron sus dispositivos móviles y se le tomó ADN para su filiación completa.
Fue una investigación contrarreloj y que se convirtió en prioritaria para evitar que el individuo volviera actuar. La brutalidad con la que actuó la tarde del 30 de octubre en el camino de los Lirios con la menor de 17 años hacía sospechar a la Policía Nacional que no era la primera vez que cometía una agresión sexual y se temían que no sería la última.
Como avanzó EL COMERCIO, aquella tarde, pasadas las 8 de la tarde, esperó a la víctima oculto a un lado del camino y se abalanzó sobre ella, llevándola por la fuerza a un lugar apartado en el que consumó la violación. Le colocó cinta americana en la boca para evitar que gritase y le ató las manos con bridas para inmovilizarla. Huyó dejándola herida y en estado de shock.
Al parecer, el individuo ahora detenido tenía antecedentes por agresiones a otras menores de edad cometidas tiempo atrás y por las que había sido condenado a prisión. Ahora, en libertad, llevaría tiempo establecido en Gijón.
La investigación fue prioritaria desde el primer momento dado el cariz de las circunstancias y la peligrosidad del sujeto. Fueron dieciocho días de máxima dedicación para conseguir identificar al violador, trabajando día y noche. La investigación de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría de Gijón, que contó con el apoyo de la Comisaría General de la Policía Judicial, en Madrid, avanzó en la última semana después de que los análisis de los restos recogidos en la ropa de la víctima arrojasen resultados. Al parecer, el agresor sexual dejó un minúsculo rastro de ADN mitocondrial en la ropa interior de la menor. La Policía Científica consiguió extraer una muestra y cotejarla con las bases de datos de agresores sexuales. Ese análisis biológico llevó hasta el sospechoso tras el estudio genético familiar.
La Policía Científica analizó de forma exhaustiva y pormenorizada la ropa que vestía la víctima en el momento del ataque en busca de alguna huella que pudiera haber dejado el violador, como así fue tras un minucioso trabajo de laboratorio.
Diligencias policiales
El detenido permaneció a lo largo de todo el día de ayer en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional a la espera de ser puesto a disposición del juzgado de Instrucción que se encontraba en funciones de guardia. Los agentes encargados del caso ultiman los informes que serán remitidos a la jueza y en los que se detallan los cargos y pruebas que pesan sobre el individuo.
Ayer, al trascender la noticia de su detención, fueron muchos los gijoneses que respiraron aliviados al conocer que el violador de Somió había sido detenido. «Las últimas semanas hasta que mi hija no volvía a casa, no estaba tranquila», comentaba un padre, que resume la preocupación de muchos ciudadanos.
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