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Uno de los compañeros de piso de José Manuel Sánchez se dispone a entrar en la vivienda de la calle San Luis. ARNALDO GARCÍA

Crimen en Gijón | «Llevaba desde el domingo en su habitación. Estaba como esperando a ser detenido»

Los compañeros de piso del asesino confeso de Lorena Dacuña no lo reconocieron hasta que dos agentes les mostraron una foto

PABLO SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 7 de febrero 2020, 01:14

Durante dos días, la Policía Nacional activó en Gijón un extenso dispositivo de búsqueda a fin de localizar a José Manuel Sánchez. Policías de paisano poblaron las calles, se establecieron controles en las principales salidas de la ciudad y todos los efectivos disponibles en la Comisaría se centraron en esclarecer el crimen. La jaula surtió efecto, pero la detención fue mucho más evidente de lo que en un primer momento se había pensado. Los investigadores habían averiguado que el ahora asesino confeso del asesinato de Lorena Dacuña tenía alquilada una casa en el centro, cerca del parque Zarracina, por lo que algunos agentes comenzaron a recorrer los edificios y locales de la zona enseñando una foto del camarero y preguntando por si había sido visto en los últimos días.

Uno de esos controles llevó a cuatro agentes hasta el número 21 de la calle San Luis. Allí, tras preguntar a varios vecinos, lograron lo que llevaban más de dos días buscando. «No lo habíamos reconocido, pero cuando la Policía nos enseñó su foto no tuvimos duda», aseguran los compañeros de piso de José Manuel Sánchez, quien llevaba un mes arrendado en el segundo derecha, piso que compartía con otras cuatro personas. «La propietaria se empeñó en alquilar la quinta habitación y vino él. Nunca habló mucho y lo único que hacía era salir para ir a trabajar. Desde el domingo se había metido en su habitación. Estaba como esperando a que lo detuviesen», afirmaban ayer.

Esperaron en el edificio

La Policía esperó a que José Manuel Sánchez regresase a casa para efectuar el arresto

La llegada de los agentes, sobre las seis de la tarde, coincidió con el único momento en el que José Manuel Sánchez había decidido salir de casa para tomar una cerveza, cansado de su encierro. Inmediatamente, los cuatro policías dieron aviso a Comisaría. Un importante número de efectivos vestidos de paisano se personó en la zona en cuestión de minutos. Allí, en las escaleras del edificio, esperaron a que el asesino regresase al domicilio. Lo dejaron entrar en casa, y cuando este ya se encontraba de vuelta en su habitación, los agentes irrumpieron en el domicilio.

Se encontraron al camarero sentado sobre la cama, tranquilo. No opuso resistencia ni tampoco dificultó la labor de los agentes que procedieron a su traslado a dependencias policiales. Dos horas más tarde, José Manuel Sánchez Merino, acompañado en todo momento por varios policías, regresaba a la vivienda para presenciar el registro de su habitación, de la que los agentes se llevaron varias cajas con pertenencias del detenido y posibles pruebas que pudieran esclarecer el crimen. La jaula trenzada por la Policía había funcionado.

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