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Clara González-Pedraz, el pasado viernes, con la playa de San Lorenzo a sus espaldas. DANIEL MORA
«El problema de la playa lo tuvo toda la costa asturiana, pero solo tomamos muestras aquí»

«El problema de la playa lo tuvo toda la costa asturiana, pero solo tomamos muestras aquí»

Clara González-Pedraz, directora del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento: «Fue un episodio de contaminación de corta duración. Tuvo más repercusión porque en San Lorenzo están las escuelas de surf»

MARCOS MORO

GIJÓN.

Domingo, 3 de junio 2018

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Clara González-Pedraz (Gijón, 1971) lleva al frente de la dirección del área municipal de Sostenibilidad y Cambio Climático desde noviembre de 2015. Jerárquicamente solo está por encima de ella la alcaldesa, que tiene asumidas las competencias en Medio Ambiente. El pasado fin de semana estuvo en vilo junto a todo su departamento tras la aparición de manchas en la playa de San Lorenzo con fuerte olor a cloaca que, una vez analizadas al microscopio, mostraron que contenían valores de bacterias fecales (E.coli) por encima de lo permitido para el baño. Un borrón en lo que venía siendo la impoluta trayectoria de controles anuales de calidad del Ayuntamiento en la temporada de baños, que va de mayo a septiembre.

-¿Existe algún precedente en la playa de San Lorenzo de cierre al baño con bandera roja por vertidos como el que se produjo el pasado fin de semana?

-He consultado a Salvamento. La responsable actual, Flor Palacio, lleva desde 2005 y dice que nunca se activó la bandera roja por vertidos. Alguna vez se hizo por medusas o algún otro tipo de incidente, pero nunca por la aparición de residuos.

-¿Cuántas veces hubo en los últimos años la calificación de insuficiente para la calidad de las aguas de baño en las zonas de muestreo habitual de la playa?

-Dos veces desde 2012 sin contar el resultado de los muestreos recogidos de forma excepcional el pasado domingo 27 de mayo. Un día en 2014 y otro día en 2015. Esas dos muestras concretas que salieron mal, en análisis realizados por el laboratorio acreditado de Medio Ambiente, fueron ambas después de episodios de lluvias torrenciales. El Principado tiene un protocolo donde nos marca las pautas. Según ese protocolo, si te sale un día de calidad de baño insuficiente hay que volver a tomar muestras y a hacer analíticas los días sucesivos para, sanitariamente, tener la certeza de que no existe un problema de contaminación continuado. Lo que tuvimos el pasado fin de semana en San Lorenzo fue un episodio de contaminación de corta duración. Las muestras que tomamos el lunes ya daban calidad suficiente para el baño.

46 litros por metro cuadrado

-La contaminación de origen fecal llegó a la playa por la apertura de tres aliviaderos que hay cerca de la desembocadura del Piles. ¿Se procede así cada vez que llueve mucho?

-Gijón, como prácticamente todas las ciudades y municipios, tiene una red de saneamiento que no es separativa y las aguas residuales van por la misma conducción que las pluviales. Cuando se llega a un cierto nivel de intensidad de lluvia esa red se satura y para eso están los aliviaderos, para aliviar. Para que no haya inundaciones y no se desborde el alcantarillado en los barrios. Hay que tener en cuenta que el sábado pasado tuvimos unas precipitaciones de 46 litros por metro cuadrado en la ciudad. Eso es el doble de intensidad de lluvia respecto al siguiente día de más precipitación cuantificado este año.

-¿Considera que existe una hipersensibilidad ante este tipo de incidentes?

-Pienso que hay que poner las cosas en su sitio. Todos los que hemos crecido en Gijón sabemos cómo eran las cosas antes, cuando la cuestión del control ambiental era mucho menor. Hasta 1994 no hubo pretratamiento de las aguas residuales y hasta el año 2000 no hubo emisario en Peñarrubia. Yo me acuerdo que de pequeña me decían mis padres que evitara meterme en el Piles, río por donde de aquella bajaba de todo, y me bañé toda la vida en verano en la escalera 14 como muchos gijoneses. Nadie se ha muerto y hemos crecido todos con aquellas condiciones. Es así.

-Volvamos a los hechos del fin de semana. El domingo se superaron los indicadores de bacterias fecales en el agua con un pico de 960 en la escalera 12 sobre un límite de 500 y decenas de personas estuvieron bañándose tanto ese día como el anterior, cuando la situación del vertido era peor.

-Es cierto que en este episodio bajaron las aguas de saneamiento mezcladas junto a las de lluvia al Piles, pero la cantidad de precipitación fue tan grande que diluyó bastante la carga contaminante. Aparte de eso, insisto en que fue una situación esporádica, de corta duración, que no dio lugar a urgencia sanitarias extraordinarias. También es verdad que se podía haber puesto la bandera roja y prohibir el baño, pero lo mismo aquí que en cualquier otro municipio de la costa asturiana, porque el problema fue el mismo en todas las playas. No sé lo que hubiera salido en Lastres, en Ribadesella o Llanes si alguien se estuviera bañando porque allí no se tomaron muestras, cosa que aquí sí se hizo por transparencia y dio esos valores. Lo de la bandera roja se va a corregir de ahora en adelante con la reforma del protocolo de actuación para mejorar la capacidad de respuesta. Aquí el episodio tuvo también más repercursión porque hay negocios perjudicados, las escuelas de surf, que son las que más protestas te pueden generar.

Los bomberos, desbordados

-¿Por qué no se recogieron muestras el mismo sábado cuando se dio la voz de alarma?

-El sábado fue un día muy complicado para todo el Ayuntamiento. Llamé al intendente de la unidad de vigilancia ambiental de la Policía Local y me dijo que ya habían ido a la playa. Según establece el protocolo municipal, son los bomberos los que deben recoger muestras del agua en estos casos, pero ese día tuvieron trece avisos de intervenciones urgentes por inundaciones y, por prioridad, no les dio tiempo a hacerlo. Esa es precisamente una cosa que tenemos que trabajar en el protocolo para que, en caso de que los bomberos no puedan, se ocupe Salvamento si vuelve a suceder algo parecido en temporada de baños y fuera de esa época poder contar también con operarios de la EMA que estén de guardia en las instalaciones La Perdiz o La Reguerona.

-¿Les ha llegado denuncia ecologista por la gestión de este incidente?

-No hemos recibido ninguna denuncia. Lo que nos llegó el sábado de la Coordinadora Ecoloxista fue un e-mail de aviso a la Policía Local y al Principado. Nosotros internamente desde este servicio abrimos un expediente administrativo el mismo lunes para recoger informes de todas las partes (EMA, Emulsa, Medio Ambiente, Bomberos, Policía Local...) de lo que pasó el fin de semana y de los resultados de los análisis para que, por la ley de transparencia, todo el que quiera pueda acceder a esos datos.

-Precisamente, las mayores críticas de oposición, ecologistas y asociaciones de vecinos le han llegado al Consistorio por ocultismo de lo ocurrido en esta crisis.

-No se ha guardado nada. Nosotros el lunes, en el laboratorio de Medio Ambiente, ya sospechamos que había bajado carga contaminante por los otros episodios precedentes que comenté. Se ha ido ofreciendo información a medida que se ha ido teniendo, sin ocultación. La microbiología es lo que tiene, son bichitos y hasta que no crecen no puedes dar un resultado analítico.

-Pero en la primera valoración dijeron que los malos olores eran por acumulaciones de grasa de los colectores y que parecía descartarse la presencia de restos fecales.

-Lo de esas pelotas de grasa se confirmó con los análisis que luego hizo la EMA. Están en los colectores y especialmente en La Camocha, que es uno de los que alivia al Piles. Están ahí porque, como explicó el gerente de la EMA, generalmente va cubierto de agua y no se le puede dar el mantenimiento tan habitual como en otros colectores. En los casi tres años que llevo al frente de este departamento nunca había visto el arrastre de estas bolas de grasa hasta la playa. Me dijeron que las muestras de agua recogidas el domingo -en las escaleras 4, 8 y 12-, las que dieron ese mal resultado microbiológico estaban claras y que no había restos sólidos ni nada que fuese visible, ni siquiera espumas ni alguillas.

-Además de los cambios en el protocolo, ¿qué acciones concretas hacen falta para que este tipo de incidentes no se vuelva a repetir?

-La acción clave en todo esto es la construcción del tanque de tormentas de Hermanos Castro y terminar la conexión con el del colector de Viesques. Con esa infraestructura en periodos de lluvia habrá una retención y en lugar de lanzar el alivio al Piles el excedente de la red irá a este pozo, donde se hará un desbaste, y la carga contaminante que llegue a la playa no será superior a lo establecido legalmente en microorganismos. Este mes se llevará la obra al consejo de la EMA y se espera que en el último trimestre del año esté adjudicada.

Lea la entrevista íntegra en la edición impresa de EL COMERCIO y en Kiosko y Más.

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