Marc Marginedas, periodista y escritor: «Rusia supone una amenaza existencial para la democracia»
«Un alto el fuego en Ucrania hoy por hoy es muy difícil. Sería muy complicado que Putin pudiera presentar la guerra como una victoria»
Marc Marginedas (Barcelona, 1967) ha sido corresponsal durante más de una década en Moscú o en guerras como las de Irak o Afganistán. Su trabajo ... hizo que fuera secuestrado en Siria durante seis meses, siendo liberado en marzo de 2014. Ese episodio de su vida dio lugar a la gestación del libro 'Rusia contra el mundo' que este miércoles presenta en la Feria del Libro de Gijón (FeLiX) en un coloquio dirigido por el jefe de Edición de EL COMERCIO, Miguel Rojo, dentro de los actos del Aula de Cultura de EL COMERCIO en el patio del Antiguo instituto a las 18 horas.
–Acude hoy a la Feria del Libro de Gijón a presentar su libro 'Rusia contra el mundo'. Llevaba más de 10 años de corresponsal en Moscú. ¿Qué le motivó a redactar esta obra?
–El proyecto surge de una conversación con Ramón Lobo y Guillermo Altares después de recibir el premio Periodismo Cirilo Rodríguez en 2014. Ya había sido liberado de mi secuestro. Les comenté que quería volver a Rusia porque el primer día del secuestro había tenido un encuentro con unos yihadistas y uno de ellos hablaba ruso. La conversación me pareció sospechosa y me hacía pensar que más bien era un agente infiltrado de Rusia. En mi primera época en Rusia en los años 90 se habían sucedido escenas similares en Chechenia.
–¿Habla del secuestro en el libro?
–Sí. Esa escena se relata en el capitulo 9 que se dedica al tema de los secuestro y cómo Rusia azuza a través de milicias rebeldes radicales los secuestros de cooperantes y periodistas.
–Después del secuestro, ¿cambió su forma de ver el periodismo?
–Me dio una motivación adicional para explicar fenómenos que había ya visto y que viví por ejemplo, en mi primera corresponsalía en Argelia, como es la instrumentalización del terrorismo. Al vivir en primera persona esto y ser testigo directo, reforzó mi vocación.
–En su libro describe a Rusia como un 'Estado-Mafia'. ¿Puede profundizar en este concepto?
–El crimen organizado se ha fusionado con el estado. No hay diferencia. Lo que se puede deducir de las escuchas que hicieron las Fuerzas de Seguridad Españolas al mafioso Gennadios Petrov que fue arrestado en Mallorca en 2008, es que el crimen organizado dio el visto bueno al nombramiento de Alexander Vastrikin como jefe del Comité de Investigaciones de Rusia. También sabemos que tuvo negocios en San Petersburgo cuando Vladimir Putin era teniente alcalde. Se repartieron los beneficios de unas terminales del puerto. En aquel momento, Putin era quien otorgaba las licencias de juego. Se crearon una red de casinos municipales cuyos beneficios iban a parar abastecer a la gente pero ese dinero nunca llegó a su destinatarios.
–Señala que Rusia es un gran desestabilizador de la geopolítica global. ¿Qué riesgos representa?
–El riesgo es tremendo. En estos momentos, Rusia tiene en Estados Unidos un liderazgo que es afín. Aunque no diría un aliado porque un país es más que un presidente. Ahora mismo tiene lo que jamás pudo soñar durante la Guerra Fría, que es un dirigente de un país importante en el occidente con el que considera posible mantener una relación de amistad.
–¿Qué debe hacer Europa?
–En estos momentos, Europa no tiene mas opción que defenderse. Más que aspirar a un cambio en Rusia, debemos aspirar a salvar Europa de la ola represiva, porque los intentos van a ser mediante todo tipo de tácticas: terrorismo, propaganda... La única forma de defenderse de ello es desde la perspectiva no ideológica. Asumir que lo que está en juego es la democracia. Muchos estados europeos deben entender que es importante incrementar el gasto de defensa porque con personas del perfil de los que gobiernan en Moscú, son personas de mentalidad crimen organizado, las manos tendidas son interpretadas como una muestra de debilidad. La única forma de disuadirles es que el coste sería muy superior.
–¿Cómo viven los ciudadanos en Rusia?
–El apoyo a Putin es reducido. Los especialistas creen que hay un 15% de rusos que activamente apoyan a Putin y un 15% de rusos activamente movilizados contra Putin y una masa intermedia que fundamentalmente se dedica a sobrevivir. Hay una cosa clara y es que la propaganda en Rusia es muy potente y abrumadora. Se dice que criticar a Putin es convertirte en enemigo del pueblo. Por eso se evita hacerlo. Pero hay varios elementos que nos permiten ver que la popularidad de Putin no es tal. Por ejemplo, con el funeral de Alekséi Navalni, pese a que los dirigentes rusos dijeron que podía implicar sanciones o persecución judicial, durante tres días seguidos, los ciudadanos rusos se desfilaron ante su tumba. Algo peregrino en Europa, pero en Rusia no, porque Moscú está llena de cámaras con reconocimiento facial.
–¿Ve posible un alto el fuego en Ucrania?
–Hoy por hoy, si hubiera en alto el fuego, Putin tiene que responder a todos los ciudadanos de por qué un millón de personas han resultado muertas o heridas en esta guerra. Sería muy difícil presentarlo como una victoria el tener el 20% de un país que cuesta controlar y donde las ciudades han quedado destruidas. No es por esta razón por la cual empezó la guerra, empezó porque se quería someter Ucrania. Y someter significa que Ucrania sea dividida y que la parte que Putin considera que fue del espacio postsoviético permaneciera anclada de alguna forma a Moscú. Hoy por hoy, eso es muy difícil.
–Entonces, ¿la guerra ha sido un fracaso?
–La guerra fracasó cuando Kiev no cayó y Zelenski pudo seguir gobernando el país y frenarlo. Hay una parte importante de las zonas ocupadas de los rusos que ha habido que ser evacuadas. Por eso, hoy por hoy Rusia no está interesada en un acuerdo de paz.
–¿Que quiere conseguir con este libro?
–Explicar el peligro que plantea Rusia. Todo el mundo asume que es una dictadura, pero eso es quedarse con un 10% de la realidad.
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