«Génova me dijo que Pablo González no será candidato a la Alcaldía nunca»
Mariano Marín | Expresidente del PP de Gijón ·
«No iba a entrar al juego del comité de garantías. ¿Independiente? El mérito de su presidente es una fidelidad absoluta a Teresa Mallada»I. VILLAR
GIJÓN.
Viernes, 19 de febrero 2021, 01:05
Aunque la consecuencia es la misma, dejar de ser presidente seis años y diez días después, Mariano Marín (Gijón, 1962) deja claro que «no ... he dimitido, que es una palabra con connotaciones que no me gustan, sino que me he dado de baja como militante». Porque, se ratifica, en la actualidad el PP asturiano «va en contra de todo en lo que yo creo».
-Llegó a la presidencia con el reto de «pacificar» el PP...
-Creo que estuve cerca de lograrlo. Pero por circunstancias ajenas a mí las cosas cambiaron y las personas que siempre lo han boicoteado han vuelto a resurgir y siguen con su planteamiento de cuitas internas y de convertir el partido en una organización que mira intereses personales.
-¿Cuándo cambiaron?
-Empezaron a torcerse cuando se organizó la lista municipal para las elecciones. Pero fue un cúmulo de circunstancias. El proceso regional generó nervios y a partir de ahí se desencadenó todo. Yo veía desde la barrera cómo volvíamos a un PP cainita.
-¿Qué ocurrió para llegar a esta situación?
-Me quitaron todo tipo de medios y me impidieron hacer mi trabajo, para luego pedir mi dimisión por no hacerlo. No tenía personal, medios económicos, un mínimo servicio de limpieza para la sede... Y cuando el segundo de a bordo, que es el secretario general, se desentiende de todo también trae consecuencias.
-¿Por qué no se abría la sede?
-Porque en el momento en que tienes que recurrir a voluntarios, solo les puedes exigir hasta un cierto punto. Cuando yo estaba en el grupo municipal transferíamos todos los meses 3.000 euros y ahora estábamos recibiendo 800. No entro a valorar si eso está bien, mal o regular. Pero no daba más que para pagar la renta.
-¿Por qué no se convocaban las juntas locales?
-Por la pandemia. Pero además, porque todo el proceso previo a la designación de Mallada generó muchas tensiones. Una junta local tiene que servir para unir. Y si percibes que celebrarla puede ser peor que no hacerlo, porque notas que hay movimientos para reventarla, es mejor esperar a que se enfríen los ánimos. La prueba fue la algarada de la última, orquestada en bambalinas por la presidenta regional y que evidencia lo que se estaba buscando desde hace meses.
-¿Son correctas las acusaciones de inacción por parte de sus compañeros de la junta local?
-Son falsas. Se estaban haciendo cosas, había coordinación con el grupo municipal... Buscaban cualquier disculpa. Si hubiera cruzado un semáforo en rojo sería esa.
-¿Por qué se va y no alega?
-No tenía sentido entrar en el juego del comité de derechos. Me causa risa que digan que es independiente. ¿Por qué entonces cambiaron a sus miembros y a su presidente para poner a otro cuyo mérito es una fidelidad absoluta a la presidenta?
«O sales o te sacamos»
-En su comparecencia del miércoles hablaba de amenazas...
-Ya en mi primera reunión con Mallada me echó en cara mi falta de lealtad. Pero cuando se desbordaron todos los límites fue en enero. Una amenaza que expresa su mentalidad fue 'o sales por tu voluntad o te sacamos'. Pero me dijeron cosas terribles. Incluso que mi reputación profesional estaba en juego. También en la última junta local hubo gente que dijo que mi prestigio se iría al garete. Era una jauría desbocada.
-¿Y no podía pedir amparo?
-El motivo por el que en diciembre fui a Génova fue porque veía lo que se me venía encima. Le di al secretario de Organización Alberto Casero mi versión objetiva de lo que pasaba en Gijón y en Asturias. Y Mallada se enteró y me lo echó en cara. Es decir, que mi partido me prohibía ir a hablar con mis superiores.
-¿Y qué le dijo Génova?
-Tomaron nota de todo, pero no volví a tener noticias.
-Dice que quería irse con un congreso. ¿Por qué no se convocó a principios de 2019?
-No sé por qué se fue demorando. Pero ya que pedían mi salida, les dije que lo convocaran y que no participaría como candidato. Simplemente, quería salir de una forma ordenada. Me sorprende que ahora hablen del congreso como una opción. Dejar votar tras eliminar a los que no gustan no parece muy democrático.
-¿Cómo ha sido su relación con Pablo González?
-Cuando llegas nuevo a la politica, confías en alguien con experiencia. Pero al final descubres que su trayectoria siempre ha sido estar rodeado de un club de fans a los que alimenta y mantiene, aunque sean su único apoyo y no tenga el de los afiliados de a pie. En la conversación que tuve en Génova me dijeron expresamente que Pablo González nunca iba a ser candidato a la Alcaldía de Gijón. Se me ha achacado falta de lealtad, pero él lleva 18 años moviéndose de una a otra, de un partido a otro... A mí me defraudó.
-Suena como su sucesor.
-Sería un error. Si la solución pasa por ahí no tardaremos en ver lo mismo: cesar a quien pueda y hacerle la vida imposible al resto.
-¿Le decepcionó ver algún nombre entre las firmas que le denunciaron?
-Viendo cómo funciona el PP a nivel regional, a uno ya le sale callo y las cosas simplemente le generan sonrisa irónica. Muchas de esas personas hoy firman eso y dentro de tres meses firmarían lo contrario.
-¿Le veremos en otro partido?
-De momento, me voy a dedicar a mi profesión. Y si algún día vuelvo, mi vocación política sería el PP, siempre y cuando en Asturias vuelva a ser un partido de verdad y un una organización que raya en los peores valores posibles.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión