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«Hacer deporte moderado que requiera un cierto esfuerzo cinco horas a la semana incrementa las sustancias neuroprotectoras que ayudan a prevenir enfermedades neurodegenerativas». Así lo afirmó Francisco Manuel Ocaña, investigador principal del grupo Neurociencia del Bienestar de la Universidad de Sevilla, que participó este miércoles en las jornadas de divulgación científica 'Descubriendo tu cerebro' en el Antiguo Instituto de Gijón. Para que se generen estos beneficios, matizó: «Debe ser moderado, no hablamos de salir a andar con los amigos sino de algo más». Esto pone en marcha procesos fisiológicos que terminan con la molécula 'BDNF'. «Es como el 'fertilizante' de las neuronas. Favorece la neuroplasticidad y mantener niveles adecuados de ella protege frente enfermedades neurodegenerativas y trastornos mentales».
Otro de los factores clave es el sueño. «Durante el sueño se eliminan sustancias químicas de deshecho. Si se acumulan en nuestro cerebro tiene efectos importantes porque pueden actuar como neurotóxicas». Pero, «aún hay más», ya que una noche de poco sueño (menos de seis horas) «dispara el cortisol y genera una respuesta de estrés de nuestro cuerpo. El patrón de actividad es igual que si estuviéramos en una situación amenazante para nuestra vida». De manera repetida, «tiene efectos dañinos, pone en marcha procesos inflamatorios dentro del cerebro. Una característica común de muchas enfermedades neurodegenerativas».
¿Puede una muestra de sangre hablarnos del cerebro? La directora del Instituto de Neurociencias del Principado, Ana Coto, cerró las jornadas dando respuesta a la pregunta. Durante su intervención explicó la investigación en la que se encuentra junto a su equipo, que trata de la búsqueda de biomarcadores que permiten diferenciar trastornos mentales en la actualidad: la esquizofrenia y la bipolaridad.
Si bien se usan biomarcadores de forma rutinaria en especialidades químicas como, por ejemplo, «la predisposición genética a sufrir un cáncer o nuestra posibilidad de desarrollar alzhéimer» en la psiquiatría «se encuentran ausentes». Junto con su equipo, han analizado muestras de sangre para poder encontrar estos biomarcadores. «Es fácil de obtener esta extracción y recorre todo el cuerpo obteniendo información. También del cerebro», explicó. Teniendo en cuenta que estas enfermedades generan estrés psicológico, miraron en el plasma de la sangre el estrés oxidativo que incrementa los radicales libres. «Ahí encontramos el primer marcador», señaló.
Aunque es el primer paso, es una manera de comenzar a desestigmatizar las enfermedades mentales. Algo que Coto cree que se debe a que «no las entendemos». «Cuando en el siglo XVI las personas tenían una caída de glucosa y se desmayaban y empezaban a convulsionar se decía que estaban poseídas por el demonio», ejemplificó. «Estos marcadores no dejan de ser unas moléculas que se miden. Aportando datos y números a la sociedad se desestigmatizarán y a los pacientes les hará sentirse mas tranquilos».
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