Desde el Muelle hasta la Luna
Más de un centenar de personas participaron en Gijón en la octava Noche Internacional de Observación Lunar
Gloria Pomarada
Domingo, 29 de octubre 2017
En septiembre de 2010 la NASA lanzó un llamamiento a los habitantes de la Tierra: mirar hacia su satélite con otros ojos, los de la exploración astronómica. Con ese fin se celebra cada año la Noche Internacional de Observación de la Luna, que ayer congregó a 150 astrónomos y aficionados entre la antigua rula y el muelle de Lequerica, en Gijón.
Con los cuatro telescopios de la sociedad astronómica Omega enfocados hacia una Luna en cuarto creciente, cráteres, montes y mares comenzaron a abrirse paso entre el velo de una noche nebulosa. «A la gente le despierta mucho interés mirar por el telescopio», explica Santiago Gándara, vicepresidente de la sociedad organizadora y director del Observatorio Astronómico Monte Deva.
A pesar de que algunos aficionados acuden con la expectativa de observar la primera bandera estadounidense plantada por Neil Armstrong y Buzz Aldrin en 1969, algo «imposible», la Luna regala otras imágenes de superior belleza de ese Mar de la Tranquilidad en el que alunizó el Apolo 11.
Desterrar mitos y aportar herramientas científicas para continuar con la observación a nivel individual es precisamente el fin de la cita. «La Luna es muy agradecida», indica Gándara, que recuerda que con unos simples prismáticos es posible disfrutar del cráter Tycho o el Alphonsus, «uno de los pocos con nombre español» en honor a Alfonso X El Sabio.
Sobre la época idónea para alzar la vista hacia el único satélite natural de la Tierra, el director del observatorio astronómico apunta que «la Luna de octubre es igual que la de mayo o cualquier otro mes». La principal condición es situarse en lugares alejados de la contaminación lumínica. Mientras corren los días del lunario hasta la próxima edición de la cita, desde Omega invitan a explorar el firmamento. «Si quieren observar el cielo, pueden contar con nosotros».