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Carmen Moriyón, Fernando Couto, Ana Braña, Manuel Arrieta, Eva Illán, Montserrat López, Esteban Aparicio, Mariano Marín y Manuel del Castillo. DANIEL MORA

Ofrendas a la Virgen en una iglesia abarrotada en el día grande de las fiestas

C. RODRÍGUEZ

GIJÓN.

Jueves, 16 de agosto 2018, 03:56

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La iglesia de Nuestra Señora de Begoña estaba a rebosar en el día de su patrona. La gente combatía el calor con abanicos mientras buscaba algún sitio libre en los bancos. Al final, muchos tuvieron que seguir la ceremonia desde el coro o de pie en la parte de atrás del templo. La alcaldesa, Carmen Moriyón, no quiso perderse esta celebración a la que acudió acompañada del equipo de gobierno. También asistieron representantes de las fuerzas de seguridad del Estado.

La misa estuvo oficiada por el padre Fidel Gil, párroco de la iglesia y el momento más emotivo lo protagonizó el padre Manuel Ordóñez, encargado de la homilía. Llegado desde Burgos, donde ahora reside por motivos de salud, recordó emocionado y con cariño los nueve años que paso en Gijón junto a sus gentes.

Las ofrendas también fueron especialmente significativas: una bandera de la ciudad como símbolo de todos los gijoneses, un póster de las letronas como signo de acogida y solidaridad fraterna y un baile del grupo Xiringüelu para testificar el cariño y la alegría de los fieles. La música también estuvo presente durante toda la celebración de mano de la coral Costa Verde de Gijón y del grupo Xiringüelu que interpretó a la gaita el himno de Asturias.

El padre Fidel terminó la eucaristía con un mensaje para la alcaldesa, a la que recordó que «siempre tendrá las puertas abiertas del templo». Con un fuerte aplauso y el tradicional «¡viva la Virgen de Begoña!» y «Puxa Gijón», los feligreses entonaron junto al coro la 'Salve marinera' como despedida.

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