Oportunidad armamentística
387 escopetas, rifles y pistolas requisadas por la autoridad fueron subastadas en la Comandancia de la Guardia Civil
Viernes, 9 de diciembre 2022, 00:19
De todo tipo y a precios populares. Hace ahora cinco lustros, un reguero de personas se acercó a la 623 Comandancia de la Guardia Civil, , ... en GIjón, «para ver y elegir el arma de fuego por la que pujará, a las diez de la mañana del próximo martes». Eran un total de 387 armas, convenientemente «encadenadas para evitar tentaciones», decía EL COMERCIO. «Las cortas, sobre una mesa, y las largas, apoyadas en las paredes del cuarto de exposición, custodiado por varios agentes». Procedían aquellas armas, según se dijo, de cazadores a quienes se les caduca la licencia, «por lo que deben devolver las armas», según se decía. «Otras proceden de personas que no quieren seguir poseyendo el arma, y las menos, requisadas a delincuentes».
«No hay ninguna que haya pertenecido a un delincuente famoso», especificó por aquel entonces un agente de la Intervención de Armas de la Comandancia, por si los curiosos. Cazadores y similares tendrían la oportunidad de pujar por armas con un precio de salida muy bajo, aunque al final siempre acababan siendo muy superiores. «La puja de armas», explicábamos, «no tiene una puja verbal. Los interesados van antes del día fijado para la subasta, eligen un arma y rellenan un impreso con el número del lote, que lo introducen en un sobre junto con el dinero que se está dispuesto a dar. El día señalado para la subasta, se abren los sobres y el que haya ofertado más dinero tiene adjudicada el arma».
Había desde una escopeta de la marca A.B., del calibre 12, con precio de salida de 150 pesetas, «hasta un rifle Winchester del calibre 300, por 17.000 pesetas». Dentro de los sobres, sin embargo, se metían hasta cantidades de 150.000 pesetas. La razón era que muchos propietarios pagaban de más solo para poder recuperar el arma que les había pertenecido. Coleccionistas, contábamos, había pocos. «En mucha mayor medida acuden a las subastas de armas de cazadores y aficionados al tiro deportivo». Eso sí, había una condición indispensable, y de sentido común: para optar a la venta, había que certificar la ausencia de antecedentes penales. ¡Menos mal!
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