El plan de usos final de Tabacalera dejará definido hoy «un cambio cultural en Gijón»

Pues bien, hoy llega a la junta de gobierno la que una vez más se invocará como el impulso definitivo. Al plan de usos ya redactado se harán unos cambios en dos plantas para que todo esté listo para, ahora sí, se empiece a licitar en enero y que sea realidad antes de que acabe el mandato en mayo de 2027. En el presente documento que maneja el tripartito se subraya una idea: «Debe priorizar un posicionamiento estratégico a largo plazo escapando de la tentación de inmediatez».

Porque si algo se retoma ahora es su vocación internacional y competir de tú a tú con otros equipamientos de la cornisa cantábrica. Al final, la biografía de Tabacalera, en sus avatares de este siglo estará muy ligada a Foro que, para 2027, habrá pasado por sus manos durante 12 años, el partido que más tiempo ha tenido que hacerse cargo. La formación ya tuvo que gestionar como las excavaciones arqueológicas y que no hubiera dinero obligase a parar las obras en 2016. En esa fecha se dio el primer impulso, que se prolongó en el mandato socialista. La de una labor menos visible para el gran público, aunque imprescindible: la consolidación del edificio y la rematar su imagen exterior. Aunque también es cierto que, en la campaña de 2015, defendió para Tabacalera el proyecto que bautizó como 'El Lavaderu', su reconversión en un vivero municipal para industrias culturales y creativas gijonesas.

Ahora la cosa parece clara. Volver a la idea ganadora del concurso internacional y convertir a Tabacalera en «el equipamiento cultural que posibilite que la ciudad presente una nueva programación de proyectos a la que hasta ahora no a podido tener acceso». Y por supuesto, la dinamización de Cimavilla. Cabe recordar que solo el Archivo Histórico de Asturias tiene almacenado el fondo documental de Tabacalera desde su cierre: 1.042 cajas y 130 libros. Sumen la creación del 'Museo de Gijón', el propósito de nutrirse de colecciones de arte de referencia como las de Masaveu, Pérez Simón y Plácido Arango y, a mayores, como citó Foro en campaña, de muestras temporales de artistas como Goya, Dalí, Rubens, Picasso, Monet, Magritte y Van Gogh. «Se debe valorar desde el inicio la importancia del trabajo en red, no solo a nivel local sino a nivel nacional e internacional», defiende el plan de usos.

Yendo por partes. Como había adelantado EL COMERCIO en agosto, el proyecto íntegro no se limitará al consabido inmueble histórico sino que se sumará una construcción de nueva planta que constará de tres niveles. Quizá lo más llamativo es que la ciudad ganará una nueva sala de usos con un aforo de 400 personas, que servirá de intermedio entre el Teatro Jovellanos (1.198 espectadores) y la de espacio más reducido. En esta nueva edificación, de 2.580 metros cuadrados, también habrá cabida para oficinas municipales -80 puestos operativos- y una zona hostelera. Según detalla el plan de usos «estará vinculada al museo, pero con acceso exterior independiente, para que pueda funcionar con horario distinto al del equipamiento expositivo, y con acceso a una posible terraza que genere una plaza atractiva y viva en al parte alta del recinto»

Del edificio histórico lo que se retocan, volviendo a la idea de hace más de una década, son las plantas uno y dos, tal y como avanzó hace una semana Carmen Moriyón. El resto, ya estaba en los planes. A saber, el sótano (1.880 metros cuadrados) seguirá siendo el que sirva de almacenaje, depósito y conservación de las colecciones museográficas municipales. También estará abierto al trabajo de conservadores y restauradores. La planta baja, la de mayor tamaño (2.600 metros cuadrados) albergará el Museo de Gijón, un discurso expositivo de la historia de la ciudad desarrollado sobre tres ejes históricos: romano, barroco e industrial. Además, se habilitará un espacio polivalente en la antigua iglesia barroca, con funcionamiento independiente a los horarios en los que las instalaciones estén cerradas al público.

Quedaría la nueva apuesta del gobierno (la que se retoma): las plantas primera (1.595 metros cuadrados) y segunda (1.776). Están llamadas, dice literalmente el documento, a convertirse en «un nuevo espacio de referencia en el ámbito cultural español». Se argumenta afirmando que con estas áreas expositivas se podrá presentar «una nueva programación a la que hasta ahora la ciudad no había tenido acceso por no disponer de equipamientos dotados de las condiciones adecuadas para ello».

Aunque se cuenta con que la joya de la corona sea Tabacalera, cabe recordar que el gobierno quiere crear una especie de triángulo cultural del que también formarán parte otros dos emblemas de Gijón: la casa natal de Jovellanos y el Revillagigedo. Este último pendiente de cómo evoluciona esa «relación de confianza», tal y como lo definió la regidora, que ahora se empieza a tejer con la cesión gratuita durante el año 2024.

Llegando al final, sirva para inspirar esta nueva página de la historia de Tabacalera la frase con las que prácticamente arranca el rehecho plan de usos: «Gijón está inmersa en un cambio cultural. Conlleva un replanteamiento de todos sus equipamientos y su interrelación».