La Policía Nacional salva in extremis a una joven gijonesa en los acantilados de La Providencia
Tras mucha negociación, los policías consiguieron que la joven saliera de la zona de los acantilados en la que ya se había adentrado, subiera por un lugar más seguro
Fueron 17 minutos de angustia, trabajo en equipo y actuación contrarreloj. Todo ello permitió que el pasado domingo 24 de octubre la Policía Nacional salvara in extremis la vida de una joven gijonesa cuando se desplazó a la zona de los acantilados de La Providencia «con intenciones suicidas». Según el relato de la Policía Nacional, la llamada de emergencia del padre de la joven puso en funcionamiento un dispositivo especial en la sala del 091 para intentar localizar a la chica. El padre informó a los agentes (la sala CIMACC del 091) que una de sus hijas, que estaba pasando una depresión la cual se vio agravada por una ruptura sentimental, había mandado a una de sus hermanas «unos mensajes de voz y una fotografia de un acantilado, presuponiendo que podría llevar a cabo algún tipo de acción que podría acabar con su vida».
Los agentes recabaron datos de la joven, su descripción física y la ropa que llevaba puesta para lograr su localización, transmitiéndolos a todos los indicativos de Gijón, que empezaron la búsqueda inmediata por los acantilados de la costa gijonesa. Mientras tanto, otro agente llamó por teléfono a la víctima, pero ésta colgó la llamada cuando el policía se identificó. Tras insistir y llamarla por su nombre, logró que la joven se mantuviese al teléfono.
Durante 17 minutos de conversación, relata la Policía Nacional, el agente consiguió recabar pistas de su ubicación, las cuales fue comunicando en todo momento a los agentes que participaban en la búsqueda. Fue así como se llegó a la zona del entorno de La Providencia. «Mientras el policía mantenía a la joven al teléfono, iba obteniendo información de caminos y senderos por los que se había desplazado». Según comentó, «había finalizando en una zona abrupta de acantilados» y por las descripciones que ofrecía se trataba del entorno de La Providencia.
Tras mucha negociación, los policías consiguieron que la joven saliera de la zona de los acantilados en la que ya se había adentrado, subiera por un lugar más seguro. El agente le pidió que «no colgara el teléfono, el cual guardó en un bolsillo para poder agarrarse con seguridad». En ese momento, los agentes que se encontraban en la zona de La Providencia lograron dar con ella y ponerla a salvo. «Ya la tenemos», se escuchó por el móvil.
La Policía Nacional se congratula de la operación exitosa y recuerda la importancia de la labor humanitaria desplegada por la sala CIMACC 091, «implicándose al máximo para los ciudadanos, llevando más de 60 años de servicio».
