Así es el presunto violador de una joven en Gijón: sin trabajo conocido y con un carácter narcisista
Boris S. M. nació en Oviedo, pero vivió desde niño en el barrio de Roces
Boris S. M., detenido por la violación de una menor en Gijón, tiene 44 años, es natural de Oviedo, vivió su infancia y juventud ... en Roces. Estudió en el instituto del barrio gijonés y a lo largo de su vida ha pasado varias temporadas en la cárcel. La mayoría por condenas de robos con violencia. No tiene trabajo conocido y en la última época le sirvió de guarida una habitación en un piso compartido en la calle Ribadesella.
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El perfil criminal del asturiano que está considerado ahora uno de los más peligrosos violadores del país está marcado por la psicopatía y por un carácter narcisista que lleva al extremo. Persona solitaria, apenas tiene amigos y quienes lo conocieron de más joven lo definen como un ególatra, con un culto excesivo a su cuerpo que en los últimos tiempos había hecho extensible a su motocicleta Kawasaki. Sus redes sociales son una muestra de su personalidad: un narciso de manual que de forma continua mostraba su torso al desnudo y con una pasión desmedida por su motocicleta, que la exhibía como trofeo. La 'compró' hace meses, tras su última salida de prisión.
Se resistió fuertemente a los agentes durante el arresto en el piso de la calle Ribadesella y se encuentra ingresado en el HUCA. Sufrió lesiones en la cara y permanece custodiado en el área Cirugía Maxilofacial. Pasará a disposición del juzgado de guardia una vez que reciba el alta hospitalaria.
El individuo cuenta con antecedentes y tiene un carácter violento y narcisista. Las últimas semanas residía en un piso compartido en el barrio de Laviada y fue allí donde lo detuvieron a primera hora de la mañana del domingo en medio de un amplio despliegue policial tras dieciocho días de trabajo frenético de la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón con apoyo de la Comisaría General de Policía Judicial de Madrid.
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B. S. M. acudía prácticamente a diario las zonas de La Providencia y Somió, donde consumó el ataque. Lo hacía a bordo de su moto de gran cilindrada, que, al parecer, quedó recogida en grabaciones de cámaras de seguridad del entorno.
Sin trabajo conocido, los vecinos del edificio en el que vivía últimamente lo definen como «una persona muy callada y que no se relacionaba con nadie». Ni con los vecinos ni con prácticamente ningún amigo ni familiar.
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