El sentir del púgil estrella
A punto de disputar con Ramos el título mundial, Pedro Carrasco contó sus impresiones en exclusiva en EL COMERCIO
Levantaba tanta expectación el encuentro entre Pedro Carrasco y Mando Ramos, programado para el 28 de junio de 1972, que cuando una semana antes EL ... COMERCIO anunció la adquisición de los derechos, en exclusiva, de varios artículos del popular boxeador sobre el encuentro, lo hizo en portada. Y con el beneplácito, a buen seguro, de muchos lectores. «Hace casi siete meses desde aquella noche aciaga en que me enfrenté a Mando Ramos en el palacio de los deportes de Madrid», comenzaba el púgil su colaboración con nuestro diario. Se refería al primer encuentro entre ambos por el título mundial. Tuvo lugar el cinco de noviembre de 1971, cuando una injusta decisión arbitral dio la victoria al español.
Lo mismo ocurrió, pero a la inversa, en febrero del 72, donde quien resultó beneficiado fue Ramos. «Aquella pelea, digo, mi viaje por Estados Unidos y Méjico, el regreso a Madrid, los amigos y las fiebres paratíficas que contraje», decía Carrasco, le habían tenido apartado de la competición unas semanas. No entraba aún en la ecuación Rocío Jurado, con quien le quedaban aún poco menos de cuatro años para casarse. El caso es que ahora se disputaría el tercer encuentro entre sendos rivales. «Mando, que es buen amigo mío fuera del ring, ha llegado a Madrid proclamando que me va a ganar, que va a haber 'nocaut' (sic) y que se yo qué. Prefiero ser más modesto y discreto». sentenciaba Carrasco, que manifestó también en nuestras páginas sentirse recuperado, entrenado, fuerte y, además, en el peso justo: 61,237 kilos, cuando el límite de su categoría era de 62. Y ahí va otro 'punch', pero este literario, del boxeador español: «Me temo, por el contrario, que Mando está alto de peso, como siempre». ¡Suerte que eran amigos« «Cuando se efectuó el pesaje oficial para el combate de Los Ángeles, recuerdo que Mando excedió con mucho el peso. Tuvo que recibir baño turco, masaje y hacer mucho ejercicio. Volvió sudoroso del ring del Olympic Auditorium (...) Cuando volvió ante la báscula daba pena». Alto o bajo de peso, el caso es que días después de publicadas estas líneas fue Mando Ramos quien ganó. Golpe tras golpe.
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