Técnicos ambientales destacan el desarrollo vegetal tras dos años sin anillo navegable

Para visualizar el impacto que supondrá para el paisaje, el uso y el saneamiento de los dos ríos técnicos medioambientales de la consultora Taxus, una de las dos empresas que redactaron el proyecto de regeneración, organizaron ayer visitas guiadas con paradas para explicar las propuestas de actuación.

Los monitores de Taxus llevaron a los participantes en la jornada de debate sobre renaturalización de ríos urbanos a cinco puntos estratégicos para visualizar el contraste actual entre la parte del río que presenta un mayor deterioro ambiental, el tramo final canalizado desde la glorieta de La Guía hasta la desembocadura, y la más naturalizada como los meandros que se encuentran en el parque fluvial.

Los técnicos explicaron que con solo la bajada de las compuertas del anillo navegable, medida adoptada desde el verano de 2019, «se ha regenerado espontáneamente abundante vegetación en la zona delimitada por el antiguo canal de navegación». Especies como los sauces, los alisos los sauces, los fresnos y los arces, además de espadañas donde anidan aves, se han ido desarrollando con solo liberar más caudal de agua.

Para los técnicos involucrados en el proyecto para recuperar medioambientalmente el Piles es solo «un botón de muestra» de lo que puede pasar en cuanto se eliminen de forma definitiva las compuertas del anillo navegable, así como el canal que conecta los ríos Piles y Peñafrancia a través de las instalaciones deportivas de Las Mestas. Se da por hecho que al recuperar la dinámica completa del río y dotarlo de mayor capacidad hidráulica, se va a producir, como sucedió rápidamente en el río Manzanares de Madrid, «una explosión de avifauna y un desarrollo espectacular de la vegetación».

La demostración de que el Piles recupera vida por sus propios medios también se ha documentado con la presencia de aves como las garzas, las garcetas y diversas variedades de patos. Los técnicos aseguran también que ha habido impacto piscícola con el avistamiento de lubinas que se desplazan para cazar reos y truchas hasta donde sube la carga de la marea. En concreto, a la altura de la senda fluvial donde está el torno de entrada al Grupo Covadonga desde Viesques. La magia de la naturaleza a meses de iniciar las obras en el cauce.