«Lo que tuve con la alumna fue una relación sentimental consentida»
El sacerdote acusado de abusar de una menor en La Inmaculada negó en el juicio los cargos, por los que afronta una condena de ocho años de cárcel
OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 18 de febrero 2021, 00:31
«La relación sentimental empezó cuando ella tenía 16 años y fue consentida. Antes solo teníamos una relación de amistad». J. E. M., el sacerdote acusado de abusos sexuales continuados a una alumna del colegio de La Inmaculada, negó ayer los cargos que pesan sobre él en el juicio celebrado a puerta cerrada en la Sección Octava de la Audiencia Provincial. La fiscalía pide para él ocho años de prisión, mientras que la acusación particular lo eleva a nueve años y medio.
El religioso, apartado de la orden de los jesuitas al inicio del procedimiento, llegó al Palacio de Justicia «tranquilo», según él mismo dijo. Era la primera vez que se encontraba con la víctima desde que interpusiese la denuncia, siete años después de dejar el colegio, cuando ella tenía 25. Sin embargo, sus miradas no llegaron a cruzarse.
Ella declaró protegida por un biombo y lo hizo para relatar cómo, cuando tenía 12 años, en 2008, el sacerdote inició un contacto personal a través de las redes sociales y le decía, entre otras muchas cosas, «que no era de piedra y que la quería». Cuando tenía 14 años habrían mantenido los primeros encuentros sexuales, llegando a tener relaciones completas cuando ella cumplió 17 años. La relación finalizó en 2012 cuando la joven pasó a la Universidad.
La denunciante, que declaró detrás de un biombo, señaló que los abusos habían empezado cuando tenía 12 años
En la declaración efectuada ante el tribunal, el acusado dijo que había existido entre ambos una relación íntima, pero que había sido consentida y que los encuentros sexuales solo se produjeron cuando ella tenía 16 años, es decir, cuando ya no serían delito.
Uno de los testimonios relevantes en la vista oral llegó con los médicos forenses que realizaron el estudio a la víctima después de que interpusiese la denuncia ante la Unidad de Familia y Menor de la Policía Nacional. Los informes, dijeron, fueron contundentes: los abusos sexuales continuados durante años le provocaron a la víctima un trastorno ansioso depresivo y le dejaron secuelas psicológicas que padece a día de hoy.
Apartado de la orden
La orden apartó al religioso el 12 de enero de 2019. Su último destino fue el colegio de los jesuitas de Logroño y su último cargo, superior de la compañía en La Rioja. El sacerdote, de 50 años, se ordenó en 2004 y su primer destino fue Gijón. Ejerció como profesor de Religión y como delegado de las actividades de montaña. Desde Asturias se trasladó a México para realizar la llamada tercera probación, la última fase de la formación jesuítica. A su vuelta lo destinaron a Coruña, donde permaneció cinco años, hasta que llegó a Logroño como profesor en el colegio de la Compañía de Jesús.
En 2018 fue nombrado máximo responsable de una parroquia en Logroño, y superior de la orden en La Rioja. Duró apenas un año en su nuevo cargo, hasta que la orden lo apartó por los supuestos abusos sexuales hacia la adolescente gijonesa, que a día de hoy tiene 28 años.
El juicio quedó ayer visto para sentencia a la espera de la decisión del tribunal.