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El presidente en funciones de Donetsk y favorito para obtener la mayoría de los votos, Denis Pushilin. AFP
Polémicas elecciones en las regiones separatistas del este de Ucrania

Polémicas elecciones en las regiones separatistas del este de Ucrania

Los comicios de este domingo han sido calificados de «ficticios e ilegítimos» por la Unión Europea, EE UU y las autoridades de Kiev

Rafael M. Mañueco

Corresponsal. Moscú

Sábado, 10 de noviembre 2018, 19:44

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Pese a las críticas y advertencias de la OSCE y la mayor parte de los países de Occidente, las autoridades rebeldes de la repúblicas separatistas del este de Ucrania, Donetsk y Lugansk, se disponen este domingo a celebrar «comicios» para elegir a sus respectivos líderes y a los diputados de los llamados «Consejos Populares».

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha sido la última en condenar una decisión que viola los acuerdos de paz de Minsk. Estas elecciones han sido también criticadas e incluso calificadas de «ficticias e ilegítimas» por la Unión Europea, EE UU y las autoridades de Kiev. Según Enzo Moavero, presidente de turno de la OSCE y ministro de Exteriores italiano, los comicios en el este de Ucrania «van en contra de la letra y el espíritu de los acuerdos de Minsk».

El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, cree que «Rusia debería haber influido para evitar la celebración de las elecciones y ha hecho lo contrario, demostrando así que no quiere propiciar una solución pacífica». Según su opinión, «los resultados de esta convocatoria jamás serán reconocidos por la comunidad internacional (...) y provocarán la adopción de nuevas sanciones contra Rusia».

Pero en Moscú piensan de otra manera. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo el martes que las elecciones organizadas por los separatistas «no vulneran los acuerdos de paz». A juicio de Peskov, «quienes demuestran poco deseo de que se aplique lo pactado en Minsk son las autoridades de Kiev».

Lo firmado en Minsk, el 12 de febrero de 2015, contempla la devolución a Ucrania del control de la frontera con Rusia, en los tramos que corresponden a Donetsk y Lugansk, y la celebración en ambos territorios de elecciones realmente libres y democráticas con arreglo a la legislación ucraniana. A cambio, Kiev debe conceder a los dos enclaves un sistema de autogobierno. Pero la desconfianza mutua mantiene el proceso en punto muerto mientras los enfrentamientos armados se suceden de forma esporádica.

El «presidente» en funciones de Donetsk y favorito para obtener la mayoría de los votos, Denís Pushilin, explicó a comienzo de mes que la república «necesita celebrar estas elecciones» para dotarse de líder y asamblea local. Prometió que transcurrirán «de forma transparente y cumpliendo todos los estándares internacionales», algo que no se cree nadie salvo Moscú. El jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU), Vasili Gritsak, sostiene que las actas con los resultados de los comicios «ya están confeccionadas».

El pasado agosto, fue asesinado en un atentado todavía sin esclarecer el que había sido jefe de la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR) durante casi cuatro años, Alexánder Zajárchenko. Pushilin se puso entonces al frente de la DNR de forma interina.

En la vecina también autoproclamada República Popular de Lugansk (LNR) se celebran igualmente elecciones y el que parte con ventaja es el que desempeña interinamente el cargo de máximo dirigente, Leonid Pasechnik. Sustituyó hace justo un año a Ígor Plotnitski, que fue desplazado por un oscuro golpe de mano.

Donetsk y Lugansk se levantaron en armas contra el Gobierno ucraniano en abril de 2014, un mes después de que Rusia se anexionara Crimea. Estalló entonces una guerra que Moscú atizó enviando armas, dinero y hombres en apoyo de los separatistas. Desde entonces, según la ONU, el conflicto ha acabado con la vida de 10.000 personas. Los acuerdos de Minsk, alcanzados bajo la mediación de Alemania y Francia, fueron un intento, por ahora fallido, de poner fin definitivamente al enfrentamiento armado entre el Ejército ucraniano y las milicias rebeldes.

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