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Un puesto de asistencia médica en Odesa, protegido por barricadas. EP/Vídeo: Atlas

Rusia apunta ahora a Odesa

Tras la toma de Jersón, la ciudad portuaria aguarda un ataque anfibio inminente, ya que es una posición clave en la ocupación del sur de Ucrania

Rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú

Jueves, 3 de marzo 2022, 12:29

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Cuando se cumple una semana del inicio de la «operación especial» lanzada por el presidente Vladímir Putin contra Ucrania, el Estado Mayor de Ejército de Kiev aseguró este jueves que en el mar Negro, frente a la costa de la ciudad portuaria de Odesa, fueron detectados cuatro navíos de desembarco rusos de gran tamaño y tres lanchas rápidas armadas con misiles. El departamento castrense cree que tales movimientos son la demostración de que el Kremlin lanzará en breve un ataque con el objetivo de hacerse con este histórico enclave, pero advierte que «el enemigo será recibido calurosamente», ya que el dispositivo de defensa de la ciudad está ya preparado.

El nuevo gobernador de esta región, recién nombrado por el presidente Volodímir Zelenski, es Maxim Márchenko, excomandante del grupo ultranacionalista Batallón Nacional Aidar. En Moscú le consideran un «nazi». Si Odesa cayese en manos del Ejército ruso, Putin tendría más fácil completar la toma de toda la parte sur de Ucrania, que perdería muy probablemente la salida al mar Negro como ya ha sucedido con el de Azov. Es, por lo tanto, una ciudad clave en la ocupación de la exrepública y sus habitantes lo saben, hasta el punto de que se han afanado en los últimos días en colocar sacos de arena en primera línea de playa ante la hipótesis de un ataque anfibio.

Mientras los militares y civiles formaban la barrera, un carguero estonio de bandera panameña se fue a pique este jueves tras chocar con una mina submarino a unos 37 kilómetros de la ciudad. Sus seis tripulantes fueron rescatados con vida.

Un poco más al este de Odesa, el alcalde de Jersón, Ígor Kolijáyev, ha mantenido conversaciones con las tropas invasoras después de que éstas entrasen en la urbe. «No les prometí nada, solamente les trasladé que estoy interesado en el funcionamiento normal de nuestra ciudad. Les pedí no disparar a la gente. No tenemos tropas en la ciudad, sólo civiles», dijo el regidor. Los controles rusos se multiplican en la ciudad y el propio Ayuntamiento está custodiado por los «visitantes», según sus palabras.

El miércoles, hubo manifestaciones en Jersón «contra la ocupación rusa». Según Kolijáyev, se ha pactado un toque de queda entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, el restablecimiento del transporte público y la actividad de empresas y comercios. «Los militares no serán provocados, los vehículos deberán circular a baja velocidad y estar listos para mostrar en cualquier momento lo que llevan dentro», avisó. «Seguimos bajo bandera ucraniana y, para que siga siendo así, tendremos que cumplir sus condiciones. La toma de Jersón es muy importante de cara a la invasión de la vecina región de Odesa, ya que puede servir al Kremlin para acumular un amplio contingente de tropas y material para lanzar luego el ataque.

El miércoles, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, anunció que «las divisiones de las Fuerzas Armadas rusas tomaron el control total de la capital regional de Jersón». Aunque Kolijáyev desmintió a renglón seguido esta información, sí es cierto que el dispositivo militar ruso controla las principales instalaciones de la ciudad, el puerto fluvial en el río Dniéper, la estación de ferrocarril, los centros de comunicaciones, edificios oficiales y otros emplazamientos de importancia. La provincia de Jersón, que limita al sur con Crimea, también está bajo el completo control de las fuerzas rusas.

Nuevos bombardeos

Este jueves se supo que el martes falleció en Járkov, en un bombardeo, una observadora de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. «Marina Fénina, miembro nacional de la Misión Especial de Vigilancia de la OSCE en Ucrania, falleció en un bombardeo en Járkov, el 1 de marzo cuando iba a comprar provisiones para su familia», se asegura en un comunicado de la organización difundido a través de su web. Járkov lleva varios días sometida a duros bombardeos.

Por ejemplo, este jueves fueron alcanzadas por los misiles la catedral y tres escuelas. En la misma región, en la localidad de Izium, son ya ocho los muertos, dos de ellos niños, por un ataque aéreo que impactó contra un edificio de viviendas en la noche del miércoles.

LA CLAVE:

  • Autoridad. El nuevo gobernador dela región es un militar ultranacionalista que Moscú califica de «nazi»

En Chernígov, al norte de Kiev, las autoridades locales daban cuenta este jueves de una treintena de civiles muertos como consecuencia de la ofensiva. El gobernador de la región de Chernígov, Viacheslav Chaus, escribió en Telegram que «muchos edificios residenciales y escuelas resultaron dañados y no hay instalaciones militares cerca. Lo que hay son hospitales, escuelas, guarderías y edificios altos». El alcalde, Vladislav Atroshenko, denunció que son víctimas de «proyectiles de gran calibre, igual que los ataques de los nazis contra nuestra ciudad en 1941». Uno de ellos cayó en un depósito de combustible causando un enorme incendio que tuvo que ser controlado por los bomberos.

Mariúpol, en la parte de Donbass bajo control de Kiev y a orillas del mar de Azov, sigue rodeada en medio de un duro pulso entre las tropas rusas y las fuerzas separatistas de Donetsk, pero no ha sido tomada todavía. Según su alcalde, Vadim Boichenko, la ciudad está sin calefacción, electricidad y sin suministro de agua. El Ejército ucraniano resiste, pero cada vez son más fuertes los bombardeos mientras el número de muertos y heridos crece.

Por otro lado, la decisión de Rusia de enviar a las zonas ocupadas «ayuda humanitaria» en columnas especiales de camiones con medicamentos, mantas, alimentos, agua potable y otros pertrechos ha levantado cierta polémica. Hace ocho años, Moscú tomó la misma decisión en relación con Donbass y Kiev denunció que lo que había en el interior de algunos de los vehículos no era tal ayuda sino armas y munición, una forma ingeniosa de evitar que los convoyes transporten material bélico sin ser atacados. El primer envío llegó a las zonas fronterizas de Járkov el miércoles.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) también ha aprobado una resolución condenando a Rusia por tomar las centrales atómicas ucranianas de Chernóbil y Zaporiyia. Según la AIEA, los asaltos «una amenaza grave y directa» para la seguridad de las instalaciones.

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