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Jesús Bernal, con su esposa, en su toma de posesión como fiscal de sala del Tribunal Supremo, en 1999. E. C.
Bernal y su defensa de la «libertad, la honradez y rectitud»

Bernal y su defensa de la «libertad, la honradez y rectitud»

Los juristas asturianos lloran a un «referente», un hombre «optimista» y «recto» que antepuso «lo justo a las propias aspiraciones»

Olga Esteban

Gijón

Miércoles, 30 de abril 2025, 18:07

Dice su hijo Jesús Bernal que, pese al cáncer detectado hace relativamente poco se mantuvo activo y optimista hasta el final. Que se fue en paz y con mucha tranquilidad. Y la forma de despedirse dice mucho también de la forma en la que se ha vivido. Y así fue, así ha sido, Jesús Bernal Valls, quien lo ha sido casi todo en el ámbito de la jurisprudencia y que falleció el martes, en Oviedo, a los 90 años.

Anunciaba el Boletín Oficial del Estado, el 31 de marzo de 1963: «Se confirma en propiedad en la categoría de Abogado Fiscal de entrada a don Jesús Bernal Valls». Una publicación que confirma el cargo y la relación que tendría este salmantino de nacimiento ya para siempre con Oviedo y con Asturias. Para entonces, aquel 31 de marzo de 1963, ya ejercía Bernal en Oviedo, de forma interina, como abogado fiscal de la Audiencia Territorial. Hasta aquí había venido buscando un destino que le permitiera también dar clases en la universidad. Y por supuesto que lo hizo.

Académico de la Jurisprudencia

Jesús Bernal había nacido en Salamanca en 1935. Hijo de un telegrafista, se decidió por el Derecho quizás sin demasiado convencimiento al principo. Pero con todo el del mundo a medida que avanzó el tiempo y su carrera. Aprobó varias oposiciones y se decantó por ser fiscal. Lo fue del Tribunal Superior de Justicia de Asturias y también de sala en el Tribunal Supremo, una suerte de reconocimiento que, para quienes compartieron vida y carrera, era casi innecesario. Era académico numerario, con la Medalla XXIII, de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia.

Lo recuerda, profundamente apenado, quien preside dicha institución, Leopoldo Tolivar, que tuvo una gran relación con Bernal desde «mis tiempos de estudiante». Una relación que se amplió después a la familia y se prolongó con el tiempo. La última conversación fue «hace solo quince días», cuando aún le encontré «animado y optimista, quizás tratando de tranquilizar a su entorno». Fue Bernal, dice su alumno y amigo, un «jurista experto, muy respetado en toda la judicatura», una «honra» para el sector, «respetado por todos mucho antes de llegar al Supremo». Se ha ido dejando «una estela importante».

Saga de juristas

Estela que siguen tres de sus cinco hijos. Los tres barones, Jesús, Gabriel y Ángel (tienen dos hermanas, María Teresa y Mercedes), han tomado caminos similares a su padre. El primero, Jesús, que además es también profesor de Derecho Penal en la Universidad de Oviedo, como lo fue también su padre, agradece las muestras de afecto a su referente. «Siempre he admirado en mi padre el amor a la libertad», la misma que les dio a la hora de elegir sus caminos, siempre «en un ambiente de respeto y afecto».

Hubo libertad para elegir, pero haber vivido desde pequeños entre los alumnos a quienes Bernal preparaba en su camino hacia la judicatura; entre aquellos amigos y compañeros de profesión y universidad marcó en sus hijos un profundo «deseo de llegar a ser como él». De él y de su madre, Teresa del Castillo Zamanillo, fallecida hace solo quince meses. «Ambos nos educaron en la honradez; más que en el cumplimiento del deber, en la rectitud con la que debían hacerse las cosas, en hacer lo justo por encima de las propias aspiraciones y rechazar lo que pudiera ser un privilegio o ventaja».

Por expreso deseo de la familia no ha habido velatorio. El funeral será hoy, 1 de mayo, a la una de la tarde, en la iglesia de Nuestra Señora de El Carmen de Oviedo.

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