Asturias ante el futuro: unidad y personas
La pandemia nos ha enseñado que es necesario colaborar, trabajar unidos, superar diferencias, aunar los esfuerzos públicos y privados. Asturias no será nada si cada uno rema en una dirección, pretendiendo tener toda la razón
Es posible que nunca hayamos hablado y escuchado más en los últimos meses sobre lo que nos depara el futuro. Lo cierto es que nuestro ... recuerdo no abarca una crisis de las características actuales que combina, de forma diabólicamente magistral, lo económico, lo social y lo sanitario y ha afectado a todos los órdenes de nuestras vidas.
No podemos negar que ya nos estamos recuperando y que, aunque las incertidumbres son aún muchas, debemos tener claro que ha llegado el momento de aplicar, de forma paralela, esfuerzo y optimismo. Alguien dijo que 'el pesimista es un optimista bien informado', pero a mí esta frase me parece una derrota, sencillamente porque, por supuesto, hay que conocer la realidad de las cosas, pero para tratar de mejorarlas.
Si en estos momentos hay en nuestra tierra una representación clara de lo que supone mirar hacia el futuro con optimismo es la actual Feria Internacional de Muestras de Asturias. Que ha sabido romper con las 'ataduras' de la pandemia para retomar su historia en clave de recuperar -con rigor, seriedad y responsabilidad- el futuro que nos merecemos todos los asturianos y que se merecen sus empresas y empresarios.
Precisamente por ello, agradezco muy especialmente que el Ateneo Jovellanos nos ofrezca -un año más- la posibilidad de participar y apoyarles en la entrega de este reconocimiento. Una sociedad civil que debe participar en el proceso de 'repensar Asturias', como tratamos cada año de hacer en este evento.
La pandemia nos ha dejado la enseñanza de que es necesario colaborar, trabajar unidos, superar diferencias, aunar los esfuerzos público-privados. Asturias no será nada si cada uno rema en una dirección pretendiendo tener toda la razón. No lo duden, no lo dudemos: es la hora de la unión y de las personas.
Precisamente por eso, hoy estamos aquí para distinguir, más que a una persona, a un 'paisano'. Entre los innumerables méritos con los que sus amigos y colaboradores identifican a Enrique Pérez, destaca uno que nos puede parecer un tópico: «Es un hombre bueno hecho a sí mismo». Buen tópico.
Si los políticos de nuestra querida Asturias se sentasen más a menudo con Enrique den por seguro que muchos de los retos a los que nos enfrentamos los superaríamos con destreza, unidad y cabeza... Esa que parece que falta en muchas ocasiones cuando hablamos de buscar soluciones y no ocurrencias. Enhorabuena pues, querido Enrique; felicitación que hago extensiva a los ingenieros técnicos industriales por tener en él la voz que siempre los escucha.
Hoy, los asturianos debemos hacernos fuertes para afrontar las nuevas oportunidades, y hacerlo como nos decía hace unos días el presidente del Principado en la inauguración de la Feria: con optimismo y encarando el inicio de la recuperación. Pongámonos 'manos a la obra', cada uno con sus virtudes y sus capacidades pero, en todo caso, hagámoslo unidos y sin permitir que las demagogias, las ideologías interesadas, prevalezcan sobre la sensatez, el esfuerzo, la lógica, la experiencia y la exigencia a quienes nos tienen que guiar por el buen camino.
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