Campeonas para la historia
El Mundial de fútbol ganado por la selección femenina es una proeza que ha de marcar un punto de inflexión en ese deporte
La selección española de fútbol femenino hizo ayer historia al ganar con todo merecimiento el Mundial celebrado en Australia y Nueva Zelanda, el tercero en ... el que participa de los nueve disputados y en el que no figuraba entre las favoritas. Su brillante triunfo ante Inglaterra -actual campeona de Europa- gracias al gol de Olga Carmona constituye una gesta sin precedentes, fruto del talento de un equipo que ha exhibido un juego de alta calidad, solidez táctica y una extraordinaria capacidad para superar contrariedades. Supone, además, una demostración del extraordinario impulso en nuestro país de un deporte que parecía reducto exclusivo de los varones: no solo ha duplicado sus fichas en menos de una década, sino que ha dado un salto de gigante en calidad técnica y competitividad merced a un paciente trabajo desde la base y a una sustancial mejora de los recursos disponibles al calor de una incipiente profesionalización que ha implicado de lleno a los grandes clubes, pero aún tiene un amplio recorrido por delante.
Trece años después de que La Roja masculina alcanzara la gloria, la selección femenina emuló esa hazaña contra todo pronóstico en Sídney. Es el éxito de una generación de futbolistas con clase y de un entrenador, Jorge Vilda, que ha sabido sacar la mejor versión de cada una de ellas y armar un conjunto campeón tras superar múltiples contrariedades. Entre ellas, la insólita renuncia de 15 de las más destacadas jugadoras del país -tres rectificaron- mientras el técnico siguiera en el banquillo, un chantaje al que se resistió la federación. Ese factor otorga un mérito adicional al Mundial conquistado. Una proeza inimaginable que, después de haberse normalizado por fin que las niñas jueguen al fútbol, premia a un grupo de épicas luchadoras que ha derribado barreras, rinde tributo a las pioneras de este deporte en nuestro país y ha de representar un punto de inflexión en su desarrollo, los medios económicos a su alcance y el aumento de la afición.
El título pone el foco sobre nuevos referentes femeninos para las jóvenes que se inician en el balompié, una herramienta esencial para crecer. Además, confirma la pujanza de una especialidad que en España tiene un magnífico presente, avalado antes de la final de ayer por la reciente Champions del Barça o los dos balones de oro de Alexia Putellas, pero sobre todo un futuro extraordinariamente ilusionante al haber ganado la selección los mundiales sub-17 y sub-20.
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