Blackwater

Intervine esta semana en la grabación de un podcast sobre La Regenta, con ocasión del 140 aniversario de la novela, que celebramos este año y ... comentábamos los participantes que, con toda probabilidad, las tres obras cumbres de la literatura española compartan el rasgo de tener más de 1.000 páginas (El Quijote (1), La Regenta(2) y Fortunata y Jacinta o Episodios Nacionales (3) dependiendo de quién opine). Esta situación, un siglo y medio después, se nos antojaba inasumible, porque nuestros jóvenes, que son la cantera de lectores futuros carecen, de la capacidad de atención más allá de los 40 segundos que dura un video de Tik Tok o la lectura de más allá de un titular que se desarrolle en un párrafo concreto. Que ahora, la futilidad, la urgencia, la rapidez de decisión y el déficit de atención de la sociedad, en todas sus edades, nos llevaría a la situación imposible de que una novela de 1.000 páginas fuera un best seller, condenando acaso a La Regenta al ostracismo (como, por cierto, la condenó la sociedad vetustense a su publicación por el doble motivo de criticar a una aristocracia a quien todo el mundo identificaba en los nombres ficticios que Clarín les atribuyó y porque el propio obispo de la Diócesis la condenó desde el púlpito por novela cuasi blasfema por sus críticas al clericalismo, tardando casi un siglo en convertirse –entre el público– en la grandísima novela que ahora todos sabemos que es).