Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO

Alborada del Cristo de Candás

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 02:00

Comenta

Aquí, junto a la mar, con la ropa húmeda por el relente de la amanecida, un grupo de mujeres, de algunos de los más antiguos ... marineros, de las autoridades locales y provinciales, y de un grupo de curiosos y visitantes, venimos, al alba de la festividad del Cristo de Candás, (Patrón Mayor de todas las Cofradías de Pescadores de Asturias), hasta esta marca de sal y arena para sentir la remota sensación de los orígenes y recordar, al amparo de la luz que está naciendo, las vidas y los naufragios, las luchas y los afanes marineros de nuestro pueblo. Mirando esta mar, Candás vivió sus alegrías y lloró sus tragedias. Y así, de este modo, sus lágrimas y sus sonrisas se fueron haciendo poemas, plegarias y canciones que sostuvieron las quillas de sus barcos en días de bonanza y de temporal, de abundancia y de pobreza. Y aquí, una vez más, estamos con los ojos desnudos mirando a la mar, que es como un pecho doliente y también como una mejilla dispuesta para la más suave caricia. La mar, ahora, ya no es el mundo del que vivimos y del que también muchas veces morimos. Pero sigue ahí avanzando entre las rocas y tendiéndose sobre la arena donde quedaron las huellas de un pasar de hombres y mujeres con las redes del trabajo, del sufrimiento y de la ilusión. Llega esta una nueva Alborada. Y, enseguida, el cuerpo extendido del Cristo de Candás pasará por nuestras calles con su mirada serena: «Santo Cristo de Candás, para quién estás mirando». Pasando con su color moreno de marinero bruñido, que nunca ya se hunde por más que azote el temporal. «Miro pa los marineros, que me cogieron flotando. (Letra y música del gran maestro candasín Pedro Braña). Pasa el Cristo de Candás y, por un instante, en la mar y por las calles, no hay más luz que la de su mirada. Sí, va y viene el Cristo, entre rosas y claveles, ligero como un batel, con su faldón de lirio moradito, con su pelo en cascada igual que un ramillete de ocle coronado de espinas y anzuelos, y con su cara apoyada sobre el carel entreabierto de su pecho. Es el Cristo de Candás, el Patrón Mayor de los marineros asturianos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Alborada del Cristo de Candás