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Gijón en primavera

Miércoles, 17 de abril 2024, 02:00

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Los que vienen de fuera a trabajar a Gijón dicen que se enamoran enseguida de esta ciudad. Que el tiempo aquí es mucho más agradable ... y se puede dormir por las noches. Que no está lloviendo todo el día. Es verdad eso que dicen, porque pese a estar el agua de la mar aún un poco fría en este abril, con jornadas de veintiocho grados algunos días, el personal ha inaugurado los primeros baños en las playas de San Lorenzo y Poniente con un chapuzón entre olas. Sí, canta la luz, rueda el sol, el tiempo se deshiela. Es entonces cuando los días se desprenden del viejo cuerpo y la tristeza se va hacia otros sitios. Es cuando los ojos de la gente se hacen en Gijón los más acuáticos de Asturias viviendo en ellos siempre la mar. Verla en armonía o enfado. Tenerla aparejada en la retina para solemnizarla cuando está lejos y abrazarse a ella cuando está cerca. Aquí, la luz y el buen tiempo enseguida hacen recaer a la ciudad en los chigres, las terrazas y los parques alargando la vida. Y es que el pesimismo y la humedad suelen estar en las bodegas oscuras del alma y alargan la pena. Aunque nos han enseñado a decir que el sexo es reptil, el amor en primavera tiene vocación de flor e ilumina el mundo. Son las ansias de vida desde la oscuridad del invierno pidiendo vida y paso. En todos los abriles florecen también los recuerdos de juventud. Y esta primavera gijonesa no va a ser menos. Primavera, eso sí, algo alborotada por el sistema judicial tocado y el montón de políticos acusados de corrupción. Pero, como pide el esplendor de la mañana de abril, yo fui sin rumbo con la mirada suelta por aquí y por allá; algo así como si quisiera extraviarme, ajeno y distante a tanta idiotez. Ligero de equipaje, volví a los bellos alrededores de Gijón. Y por la ruta fluvial caminé hasta Deva por entre robles, abedules, saucos en flor, cantos de raitán y mirlo, y coríos en celo. Me senté en el pretil que da al río, y tatareé un cántico de gratitud. Después del paseo y del retorno a la ciudad me pareció que el mundo es mejor de lo que cuentan.

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