Por un 2025 sin rima
Tengo la sensación de que en España el año no arranca en verdad el 1 de enero, sino que hay que esperar a que pase ... la resaca de los Reyes Magos. No sé ustedes, pero durante unas cuantas semanas no supe muy bien si estábamos en sábado, domingo, día laborable o festivo. Menudo barullo mental nos dejaron estas fiestas navideñas al caer a mitad de semana. Así que, según mi calendario particular (o mi niebla mental, vaya usted a saber), el 2025 arrancó en realidad el 13 de enero, es decir, el pasado lunes, por eso, aún estoy a tiempo de enumerar mis deseos y retos para el año en curso.
Empezaría por confiar en que los trenes de supuesta alta velocidad cumplan con su horario y partan y lleguen a Gijón a la hora convenida, sin dejar tirados a los viajeros, como ocurrió nada más comenzar 2025, que para algunos ya se estrenó con rima. Seguiría por pedir una estación de tren que abandone su estado provisionalidad permanente y deje de ser la actual caja de cerillas. Y con un 'solarón', con o sin cartel anunciador, pero con un proyecto e inversión definida. Me gustaría dejar de ver personas sin hogar durmiendo delante de la Sindical, y un Albergue Covadonga más amplio donde todos los que lo necesiten encuentren cobijo. Deseo un 2025 sin viaducto de Carlos Marx, con un 'soccer word' decente, una ORA que no llegue al Picu'l Sol y una playa verde, pero verde de verdad y sin escombros. Un año con menos machos alfa y más mujeres bravas. ¡Ah!, y un concierto de Fito Páez en el Gijón Arena. Por pedir, que no quede.
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