Una identificación con la realidad
Se esperaba con expectación el precio de los abonos para la nueva campaña. Más, incluso, que la camiseta, diferente cada año por cuestiones de márketing.
La congelación del importe de los abonos tuvo una buena acogida. En México o Washington, desde donde se mueven los hilos del funcionamiento del Sporting, se pensaba en un incremento en el estudio de los presupuestos. Sin embargo, los subordinados de Orlegi que sufren la actualidad a pie de calle palpaban la inconveniencia de una impopular subida. El desenlace de la temporada, que acabó en decepción, a lo que se suma el efecto del ascenso del vecino, provocó un ambiente de enfado. En la 'planta noble' de Mareo se temían muchas bajas con subidas, identificados con la realidad.
Ahora toca incentivar al abonado. Los fichajes de Dubasin y Gelabert fueron los primeros alicientes. Las demás incorporaciones son incógnitas, aunque generan cierta confianza a la espera de cuatro novedades más. Perrin, Pablo Vázquez y Corredera tienen trayectorias que pueden ser interesantes para Segunda. En cualquier caso habrá que esperar un buen rendimiento en clave rojiblanca.
En su última aparición, David Guerra justificó la vuelta de Caicedo y el ascenso de Amadou, con confianza total por parte del club. La postura del presidente ejecutivo podría ser como una presión añadida. Ahora, el ecuatoriano está obligado cambiar su pobre imagen del curso pasado. Algo parecido le pasa al senegalés, quien es jugador del primer equipo a todos los efectos. Garitano tendrá que aportar sus dotes didácticas para perfeccionar las cualidades técnicas de ambos futbolistas. Hasta ahora, sus habilidades fueron espartanas, con cierto aturdimiento en el control del balón, pero lo que vale es que marquen goles, aunque rematen con la espinilla o con la nariz.
El sportinguismo está vivo. Una muestra es que hay seguidores dispuestos a sufrir innecesarias colas por las prisas para tener el nuevo abono. Ocurrió ayer y se repetirá. En esta época, el desencanto del final de la pasada campaña decrece para transformarse en la ilusión de todos los años, si bien la confianza en los que fichan en Orlegi sigue siendo bastante dudosa.
Ayer se enseñó de forma oficial la nueva camiseta, después de la chapuza del lunes, con una foto filtrada en redes sociales. Los entrañables David Guerra y Carlos Andrés Llamas se llevaron un gran disgusto por la vulnerabilidad de su gestión en la principal indumentaria de este curso. El secretismo a veces falla.
Este año, Puma no se anduvo con planteamientos raros. Optó por un diseño a tono con la historia del Sporting, con ligeras innovaciones que la diferencian de las anteriores. Parece que los seguidores que la estrenan en cada temporada tienen mas enraizado su sentido de pertenencia. De paso, contribuyen a mejorar la economía de la entidad. El fútbol ahora funciona así.
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