Las pruebas de la Copa

Los problemas de los jugadores que son alternativa en la Liga se conocen. Los que son suplentes es porque para el entrenador hay otros mejores. A ello se suma la inactividad, que supone una falta de ritmo. En El Sardinero, el Sporting no estuvo mal, pero tampoco dio sensación de poner en liza un potencial con el que buscase superar la eliminatoria. No se tiró, pero tampoco se hizo una apuesta de verdad. Aunque deba ser políticamente correcto, el míster sabe que pensó más en Cartagena. Puede que tenga razón en su decisión, pero ya con la alineación no transmitió seguridad.

El único que dio la talla fue el portero Christian Joel. El resto estuvieron en un tono gris. Una de las novedades fue la presencia de los franceses Mbemba y Kembo como centrales. El primero dejó de jugar con el filial en octubre, para ser convocado solo en otra ocasión después. Si es un chaval con proyección, la inactividad es un inconveniente. Si a sus 20 años se le ven detalles, el banquillo no le viene bien para jugar sólo en la Copa. Para el primer equipo aún está verde, con muchos problemas de posicionamiento. Puede achacarse a que tiene más costumbre de jugar en el centro del campo que en la defensa. Físicamente parece fuerte, pero tácticamente necesita mucho trabajo. La evolución no se ve con los presumidos métodos de Garro.

Kembo, que en marzo cumplirá 23 primaveras, no acaba de eclosionar en los dos años que lleva en Mareo. Albés lo mantiene en todas las convocatorias por los problemas musculares de los centrales, a la espera de los regresos de Curbelo, lesionado desde hace casi diez semanas, y de Diego Sánchez, baja desde hace casi un mes. No tiene más.

En el caso de los franceses, parece que fue más una prueba que una apuesta por la Copa. En otros casos, las rotaciones son comprensibles, porque este Sporting transmite una imagen de cansancio. No es un buen dato en pleno diciembre, con cuatro partidos pendientes antes del parón navideño, con las visitas a Cartagena y Miranda y de anfitrión del Racing de Ferrol y del Málaga.

Está claro que los que tuvieron la ocasión de enseñarse en el horrible césped santanderino tienen que esperar en silencio otra oportunidad, con mucho trabajo semanal. Albés dijo que en el caso de Caicedo están practicando un plan especial. En los cinco meses que lleva aquí todavía quedan clases pendientes, como, por ejemplo, controlar el balón.

En la 'planta noble' se lamentará la oportunidad perdida de otra eliminatoria, quizás ante un Primera, con una buena recaudación, pero la realidad es otra. Sólo queda la ilusión de la Liga, en la que hay que desgastarse a tope. Se acabaron los experimentos.