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El adiós a Jimi

Domingo, 23 de julio 2023, 01:04

El funeral de Jaime Pérez Lorente fue mucho más que la debida despedida de un concejo a quien fuera su alcalde. Los vecinos de Soto del Barco hicieron de su multitudinaria presencia un homenaje póstumo a Jimi, el policía local con el que siempre se podía contar, sin importar la hora y para lo que fuera. Fue un adiós tristísimo, imposible que no lo fuera, pero también el espontáneo reconocimiento a lo mucho que el alcalde fallecido había aportado a su municipio durante toda su vida.

Jimi, el jefe de la Policía Local de Soto a quien todos conocían en la comarca del Bajo Nalón, se hizo popular en Asturias durante la pandemia, cuando los vecinos grabaron en sus móviles a su patrulla recorriendo los pocos establecimientos que permanecían abiertos. El responsable policial se bajaba del coche, a veces incluso disfrazado, para animar a los niños que le aplaudían desde las ventanas y a los trabajadores que en aquellos días inciertos vencían al miedo para prestar un servicio esencial. Su comportamiento en ese momento no fue una excepción en su vida. El jefe de la Policía Local de Soto lo mismo hacía de chófer con el coche patrulla para los niños que no tenían transporte escolar ni recursos para llegar al colegio que retiraba los nidos de avispa asiática o participaba en la organización de una obra de teatro. A nadie le extrañó que cuando su amigo Jaime Menéndez Corrales, el regidor que más tiempo ha permanecido al frente de un ayuntamiento en Asturias, le convenció para que le sucediera al frente de la candidatura, Jimi lograse ocho de los once concejales de la Corporación. El resultado de las urnas no fue más que la traslación del afecto y la confianza que se había ganado durante toda su vida. Ayudar a los demás era tan parte de su día a día que cuando fue elegido alcalde continuó haciendo las mismas tareas sin permitirse la mínima ostentación del cargo.

El ejemplo que fue su vida hizo que su muerte fuera aún más dolorosa para sus vecinos, justo cuando comenzaba su etapa al frente de un ayuntamiento que ahora se conjura para salir adelante en su memoria. Pero por más trágico, inexplicable y doloroso que haya sido su fallecimiento, es su vida lo que debe permanecer en nuestra memoria. Su ejemplo, como el de muchos vecinos y políticos que, lejos de los focos y con más convicción que recursos, hacen de los pequeños municipios un lugar mejor para vivir. Eso es lo que debemos recordar. Y lo que los vecinos de Soto nos han dicho con su impresionante duelo.

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