Los que tenemos mascota en la variante de 'perrihijo' o 'perrihija',–porque a falta de descendencia humana los consideramos como un miembro más de la ... familia– estamos esperando cada año que llegue el 1 de octubre como agua de mayo. Es emocionante verlos desde ese día y hasta el 30 de abril disfrutar de las carreras en la arena y los chapoteos en la orilla del mar en San Lorenzo, siempre que la marea lo permite, y en la zona habilitada entre las escaleras 2 y 8. Cuando viene buen tiempo en otoño, como es el caso actual, es inevitable cruzarte con alguna que otra mirada desaprobatoria de usuarios y bañistas que tratan de seguir ligando bronce y ven la llegada de los canes como una intromisión de su espacio al verlos corretear entre sus toallas y enseres playeros.
Gijón es una ciudad 'Dog Friendly' de referencia en el norte de España y esta presencia perruna a partir del otoño en la playa de San Lorenzo, que a algunos les hacer torcer el gesto, forma parte de sus credenciales. Como la incómoda 'perriplaya' de El Rinconín que funciona todo el año o como el cada vez mayor numero de establecimientos hosteleros o comerciales en que los 'perrihijos' como la mía son admitidos, Con un censo de 37.000 perros, la ciudad se va adaptando a realidad de una sociedad, como la gijonesa, con más canes que hijos. Igual que hay voces que piden una tasa vinculada al turismo yo no vería mal un nuevo tributo que grave la tenencia responsable de animales para financiar Emulsa.
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