Secciones
Servicios
Destacamos
Hay gente que, si no existiese, habría que inventarla, pues forma parte de las ciudades en las que viven. Aquí en Gijón, igual que tenemos ... la playa, el Sporting, EL COMERCIO, el Grupo, Cimavilla o Begoña, tenemos a Janel Cuesta. Vivimos bastante cerca el uno del otro, y lo veo prácticamente cada día en algún momento, a paso ligero –inalcanzable si no echas a correr detrás de él–, con su maletín cargado de carpetas rebosantes de papeles y fotografías, con su cabeza preñada de proyectos, camino de su 'despachín' de la calle Alarcón. Aunque las más de las veces me lo encuentro en EL COMERCIO, adonde sigue llevando en persona sus artículos. A sus 92 añinos, tiene el humor de presentarse en las fiestas en las que se despiden jubilados treinta años más jóvenes que él y hacer fotos con su pequeña cámara compacta. Fotos que imprime y regala a los interesados. También reparte libros a quien cree que va a leerlos, -tuvo que deshacerse de miles de su biblioteca porque le advirtió un amigo arquitecto que con el peso de todos los que tenía el piso podría venirse abajo-, y el día de su 'cumple' apareció con pasteles para los compañeros. Sus presentaciones son una lección de historia y una letanía de anécdotas; sus libros, lecturas imprescindibles para entender este Gijón en el que vive, aunque haya nacido en Noreña. Aquel nadador que fue bancario y presidente del Grupo Covadonga, acólito de Dionisio –y por lo tanto uno de los inventores del Sella–, es toda una institución que no perdona el 'pigazu' de por la tarde ni el cafetín en el 'Dindurra' ni la lectura diaria de este su periódico en el que escribe. Tampoco una buena conversación ni un buen chiste ni su visita a la biblioteca. Y además, reparte sonrisas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.