Nuevo himno a la alegría
CRISTINA MARURI LÓPEZ
Jueves, 14 de julio 2022, 04:29
Regreso de Oslo tras una jornada trágica y, mientras el resto de pasajeros dormita en el avión, yo reflexiono sobre que no sabes lo que ... la vida te depara a la vuelta de la esquina. A mí, ser testigo de un atentado terrorista, frente a mi hotel. Una barbarie absolutamente imprevisible e injustificable. Horas antes hacía cola para entrar en el Festival del Orgullo de la capital. A reventar. Gentes de todas partes del mundo, plenas de alegría, enriquecedoras en diversidad y libertad; en colores. Un camino a seguir demostrando que cada uno hemos nacido para ser quienes somos y no un fantasma de nosotros mismos atenazado por culturas, política, religión o tradición.
Todavía hay quien no se ha dado cuenta de que si no podemos mirarnos en un espejo y reconocernos no conseguiremos ser felices. Y de que el mundo sin personas felices no puede avanzar ni construir nada bueno. Desayunando en el hotel vi cómo se depositaban las primeras flores. Me conmocionaron los abrazos, las lágrimas y las muestras de dolor; todos sinceros. Y la esquina se llenó de gente, de Policía y de periodistas. De manifiestos y hasta de una pacífica y multitudinaria marcha espontánea que, por motivos de seguridad, fue disuelta, como también fue clausurado el festival. Velitas encendidas sustituyeron a las flores por la noche y se espaciaron las ofrendas y los rezos.
Y entonces llegó el funeral más hermoso, porque toda la manzana se invadió con música. ABBA, Gloria Gaynor, Olivia Newton-John... Los decibelios salían de las ventanas de los edificios, mientras la gente y sus mejores galas entraban por las puertas sin parar. Nadie quería dormir porque todos querían bailar, y al hacerlo, despedirse. Hemos de componer un nuevo himno a la alegría -pensaba- en el que todos tengamos cabida. El que todos y todas podamos por siempre cantar.
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