Es conveniente asomarse al exterior
En las ventanillas de los viejos trenes se avisaba que 'es peligroso asomarse al exterior'. Aunque algo redundante, ya que el acto de asomarse se ... realiza hacia fuera, la frase está copiada del título de una comedia de Enrique Jardiel Poncela que yo juraría que vi en aquel 'Estudio 1' y en el que se recitaba, con acento amoroso, una página de la guía telefónica. Al hilo de las últimas elecciones europeas, a los españoles, más que peligroso nos resultaría conveniente asomarnos al exterior. Así obtendremos una perspectiva más completa de la que se nos da desde la política española.
Me he tomado la molestia de comprobar los resultados oficiales de las últimas elecciones europeas. El Partido Popular Europeo, en donde se encuadra el PP de Feijóo, alcanzó 189 diputados. La Socialdemocracia, en donde en teoría y en la práctica está Sánchez como un activo de este grupo, 135. Entre los dos, suman el 45% de los eurodiputados. Renovación Europea, considerado como un partido liberal en donde estaban Ciudadanos y ahora el PNV, es la tercera fuerza, con 79 escaños. Los Conservadores y Reformistas en los que están los italianos de Meloni y Vox, 76. Identidad y Democracia, el partido ultraderechista de Marine Le Pen, 58. La Izquierda Europea, donde se integran Sumar y Bildu 39. Los Verdes, paradójicamente ahí están Ezquerra e Iniciativa per Cataluña, 45, y luego queda un batiburrillo de no inscritos y nuevos diputados.
Pues bien, mientras Sánchez y los suyos, entre ellos muchos socialistas asturianos, repiten como papagayos lo de la triple ultraderecha española en la que mete de hoz y coz al PP, y recalcan lo del fango y la «fachosfera», negocia como representante de la socialdemocracia europea, la coalición con los Populares. Hay una anomalía en la política española, que probablemente tiene su origen en ese «nos conviene que haya tensión» de Zapatero, que se acrecentó con el garrafal 'error Rivera' en el 2019, al ni siquiera intentar pactar con los socialistas, y que se consolida con un tipo tan rocoso, correoso y sibilino como Pedro Sánchez. Si nos asomamos al exterior, veremos que al final la única solución para España es la coalición entre socialistas y populares. Como en Europa.
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