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Hay días en los que asomarse a las páginas de los periódicos nos deja asombrados, especialmente cuando se trata de asuntos protagonizados por políticos de ... aquí y de allá. Me produce extrañeza la actitud del PSOE e IU en el asunto de la comisión parlamentaria sobre la grave tragedia de la mina de Cerredo. El 8 de abril, Adrián Barbón daba su palabra, como presidente del Principado y especialmente como «fíu» de un minero, de que llegaría hasta el final. El principio de ese final fue, paradójicamente, la negación obstinada de una investigación parlamentaria por parte del Gobierno del Principado. El «fíu del mineru» aceptó hace unos días 'a la trágala' la investigación porque había una mayoría parlamentaria que la iba a aprobar. Sin embargo, el viernes leímos en EL COMERCIO que la investigación «urgente» sobre estos hechos que es necesario aclarar se iniciará a partir de septiembre, por no decir 'ad calendas griegas'. Un retraso que me tiene 'pasmao', tanto por la burda burocracia del retraso, como porque, implícitamente, se está sugiriendo desde el propio Gobierno, que el Parlamento asturiano es inoperante y no sirve para nada. Mientras tanto, se afianza la sospecha de que fallaron los controles del Principado, por lo que se seguía extrayendo carbón en una mina cerrada con dinero público. A lo que vamos, si la Junta del Principado es una institución meramente decorativa, ¿se debería suprimir? Y si no lo es, que actúe con rigor y premura, tal como, al menos de palabra, lo requiere Barbón.

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elcomercio El lector pasmado