La Semana Negra anda en busca de emplazamiento. Después de la experiencia 'in door' de 2020 y la vuelta restringida al aire libre de 2021, ... se espera recuperar este año la plena normalidad. Por lo leído, los organizadores quieren llevarla de nuevo a los terrenos que fueron de Naval Gijón y hoy de discutida propiedad. Aunque da la impresión, basada en la experiencia, de que es inevitable que el lugar de celebración de tan singular acontecimiento del verano gijonés encuentre siempre alguna oposición sectorial, no parece que sea inadecuado darle acomodo, una vez más, en el lugar donde en su día estuvo domiciliado el Dique, emblemática empresa de la construcción naval gijonesa (emblemática de verdad, en estos tiempos en que está devaluado ese adjetivo y cualquier negocio que echa el cierre, si no es calificado de emblemático recibe el título de icónico).
Pero si no se le arreglara volver a la vecindad de la mar cantábrica, ahí tiene la Semana Negra la posibilidad de establecerse en la explanada polivalente que el campus universitario posee a espaldas de la Escuela Superior de Marina Civil. Ya no manda en la Universidad de Oviedo el rector de infausta memoria que la echó de allí en 2012, después de que el año anterior ordenara aislar con una valla metálica los terrenos del campus, dispendio absurdo y a la vez intolerable demostración de elitismo, al separar la Universidad de la gente corriente (no puede decirse que Gijón haya tenido buena suerte con los rectores del 'alma mater' asturiana; está por ver lo que ocurra de ahora en adelante).
La explanada sigue allí y sin uso vinculado a la actividad académica, por ahora. Solo la construcción y posterior puesta en marcha de una residencia universitaria -todavía en la fase de papeleo- que ocupará solo una parte de la superficie disponible, podría ser en su día impedimento razonable para trasladar allí nuevas ediciones de la Semana Negra. De hecho, superado el veto rectoral de hace diez años, en aquella explanada se han instalado toda clase de negocios: desde circos a festivales musicales y hasta una carpa para la realización de pruebas en materia de covid-19. El próximo verano será escenario de Gijón Life y allí asienta sus reales ahora mismo un espectáculo circense, Bacanal. Con estos antecedentes no tendría por qué ser motivo de sorpresa la vuelta de la Semana Negra a un recinto pensado para la Semana Negra, que solo un año después de estrenarlo fue víctima de desahucio como resultado final de un recorrido por abstrusos vericuetos legales.
Nota.-El Ministerio de Transportes adjudicó hace cuatro días el contrato de servicios para la redacción del proyecto de trazado y construcción de la autovía de acceso a El Musel, en el tramo que va del enlace de Lloreda con la autovía del Cantábrico al semienlace de Veriña. Son 1,27 millones de euros y doce meses de plazo. Nos ponemos en marzo de 2023. Concurso para adjudicar las obras, otros seis meses, como mínimo. Si empiezan a últimos de 2023 puede que estén terminadas a primeros de 2026, veintiún años después de que se acordara ejecutarlas. Son 3,5 kilómetros, oiga.
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