Transición prudente
El descenso de los contagios por coronavirus permite dibujar un escenario con menos restricciones
La curva descendente de la pandemia permite al Principado dar los primeros pasos hacia la normalidad sanitaria y social. La incidencia del virus es veinte ... veces menor que en el mes de enero, cuando se alcanzó el máximo de actividad de la sexta ola. Todavía la incidencia acumulada a 14 días, por cada 100.000 habitantes, está en los 500 casos, lo que significa un riesgo extremo de transmisión comunitaria, pero en la actualidad, con un 94% de la población diana ya vacunada frente a la covid, el análisis de la situación es distinto al que se hacía con parámetros similares en anteriores olas. Entre las medidas aprobadas por el Principado está anular la prohibición de fumar en terrazas, siempre que la distancia interpersonal a mantener alcance los dos metros; igualmente se recupera la totalidad del aforo en campos de fútbol y en todo tipo de instalaciones deportivas que acojan eventos multitudinarios. Se mantiene, sin embargo, el uso preceptivo de mascarillas en el interior de locales y la obligación de instalar medidores de dióxido de carbono en los negocios de la hostelería y los gimnasios.
La directora general de Salud Pública, Lidia Rodríguez, manifestó que dada la mejora de los indicadores de la pandemia se puede simultanear la protección de la salud con la recuperación de la actividad económica y social. Ese ha sido el reto para los gobiernos desde que se venció la primera ola y se entró en la transición a lo que se denominó como «nueva normalidad». La experiencia, tanto en Asturias, como en España y en Europa, mostró que esa transición no se coronó con éxito en ningún territorio, por eso en cuanto el número de casos alcanzó el mínimo empezó a crecer dando paso a una nueva ola. El actual porcentaje de vacunación y el conocimiento adquirido en dos años de lucha contra el coronavirus deberían ser motivo suficiente para lograr estabilizar la incidencia de casos en niveles bajos. En el mundo de la educación se suspenden las cuarentenas de aulas. Sólo se aislarán los alumnos que den positivo en test de PCR.
La próxima semana se reúne la ministra, Carolina Darias, con los consejeros de Salud de las comunidades autónomas para diseñar la estrategia a seguir. Se habla de reservar la mascarilla en interiores sólo para determinados espacios, como hospitales o centros de salud. El Principado se muestra muy cauto a la hora de introducir propuestas liberatorias. Con las actuales restricciones la actividad social y económica apenas sufre menoscabo. La ciudadanía ha mostrado una gran tolerancia con la mascarilla, como lo prueba la cantidad de personas que la utilizan voluntariamente en exteriores. No conviene minusvalorar la amenaza del virus, máxime cuando se detectó en diez comunidades autónomas una subvariante de ómicron (BA.2), que en nuestra región es la causa del 12% de los contagios. En Asturias, dos tercios de los enfermos por coronavirus fueron infectados en la sexta ola, que a escala de toda España produjo el 13% de los fallecimientos en dos años pandemia. La sociedad acusa el cansancio y hay un cierto escepticismo que sería una rémora si repuntaran los contagios y se impusiera la aplicación de medidas más duras.
Dos años de lucha contra la pandemia han causado un enorme desgaste en el personal sanitario, que tiene una edad media elevada y precisa de más incorporaciones. Aunque el porcentaje de médicos en formación ha crecido un 32% en España en los últimos tres años, la distribución por especialidades está descompensada, con una disminución del 2,1% en Atención Primaria. El Ministerio de Sanidad no prevé un aumento significativo de médicos hasta 2027, lo que creará una situación muy delicada de gestionar en Primaria, donde habrá 200 jubilaciones en Asturias entre 2022 y 2023. El envejecimiento de la población disparará la demanda de consultas e intervenciones al crecer el porcentaje de enfermos crónicos y de pacientes pluripatológicos complejos. Un escenario que ya se podía prever hace diez años, pero el Estado y las comunidades se limitaron a contemplarlo sin intervenir.
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