El primero de su nombre
¿Cómo es posible que se aburra alguien que puede gastar en una noche lo mismo que gran parte de la población española gana en un año (pagas extra incluidas)? Anda que no habrá cosas que un hombre joven y adinerado puede hacer en Abu Dabi
Leí el otro día una información que decía que Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón se aburre en Abu Dabi, donde está ahora con ... su abuelo el Rey emérito; que no termina de adaptarse. Al principio pensé que se trataba de una noticia interesada, una exageración o un bulo, pero resulta que no. Es cierto. El chico se siente aislado, se aburre y no termina de encontrar su sitio en los Emiratos Árabes Unidos.
Sé lo que están pensando. Lo sé. Es normal. Lo entiendo. Se preguntan cómo es posible que alguien que puede gastar -y de hecho gasta- en una noche lo mismo que gran parte de la población española gana en un año completo de trabajo (pagas extras incluidas), pueda aburrirse. ¿Cómo? Pues anda que no habrá cosas que un hombre joven adinerado pueda hacer. Allí y en cualquier lugar del mundo. El dinero quizá no dé la felicidad (no puedo afirmarlo con rotundidad porque todavía no he tenido el gusto o disgusto de comprobarlo), pero ayuda.
Dicen los más allegados que aquí al parecer además son un tanto soplones, que es porque se siente solo, aunque está allí con su abuelo del alma. Que, por cierto, lo de que su abuelo le sirva de ejemplo, le ayude y eduque y así mejore su conducta, no sé. No lo tengo muy claro. Ejemplo ¿de qué exactamente? Chistes podríamos hacer a porrón, como decían los modernos de antes. Realeza, fiestas, amantes, yates, dinero a espuertas. Sí, podríamos hacer muchos chistes y también más de uno y más de dos documentales. Y películas. Y series. Y novelas. Mmm... Ideas a mí se me ocurren muchas. Tramas y personajes, igual. Aunque, para serles sincera, me atrae más una historia inspirada en cualesquiera de nuestros anteriores reyes, incluso en el traidor Fernando VII -que tipo más desagradable y cretino- antes que en el Rey emérito y algunos de sus nietos, como Froilán.
Dicen que físicamente Froilán y Fernando VII se parecen y, la verdad, un aire sí que se dan. Aunque la realeza española se parece mucho entre sí, todo hay que decirlo, y no es de extrañar, pues durante años fueron como los Targaryen, pero con menos glamour y sin dragones. Un poco más castizo todo. Menos rubios y menos altos.
De regreso a la soledad del pequeño...
Perdonen, pero he dudado en cómo llamarlo. ¿Cuál es su título oficial?
Lo busco. No sé preocupen. Lo busco y ahora se lo digo. No me va a costar mucho.
Ya está. Resulta que el chico es Grande de España y Señor de la Villa de Tejada. Hay que tratarlo, según el protocolo, como excelentísimo señor. También es Caballero Divisero e Hijodalgo del Ilustre Solar de Tejada. Y sucesor al trono del Reino de España. Cuando uno dice esto, lo de Reino de España, será deformación profesional (literaria en este caso), pero a mí mente viene una cantidad de historias medievales. Traiciones, guerras, cabezas en picas, amantes, hijos ilegítimos, secretos, obsesiones, sangre...
Dejemos la imaginación y el pasado y volvamos al hoy. Como les decía, Froilán es aspirante al trono. Es cuarto en la línea de sucesión tras la princesa de Asturias y la infanta Sofía; y después de su propia madre, la infanta Elena. Esta tan cerca del trono, pero tan aburrido, solo y con tanto dinero que ¿se imaginan que ocurriría si tuviera dragones? Mejor que tenga solo guardaespaldas. Sí, mejor. El fuego y la falta de control, así como el aburrimiento no son buenos compañeros de viaje. Ni de baile.
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