El mal votar y el mal perder
¿Se acuerdan de Sabrina y de Marta Sánchez? Más de 30 años después, sale una teta en el escenario y tenemos a medio país indignado y al otro medio aplaudiendo, y a todos con muy mal perder
Chanel es uno de los perfumes más emblemáticos del mundo, además de los más caros, cuya historia, al margen de la típica imagen de Marilyn ... Monroe durmiendo desnuda con tan solo unas gotitas de la fragancia, esconde mucho trabajo y también una vida, la de su creadora, Coco Chanel, no tan alegre como muchos imaginan. Una buena manera de averiguarlo es acercándose a 'Mademoiselle Coco y la pasión por el número 5' (Maeva, 2019), de Michelle Marly. Una biografía novelada en la que descubrir la historia de amor que provocó la búsqueda del perfume perfecto y la que, también de amor, lo convirtió en inmortal.
Y Chanel se llama la cantante que nos va a representar en Eurovisión. Canta reguetón. Ya saben. Letras fáciles, mezcla de inglés y castellano, constantes ripios, tendencia a comerse palabras y a aspirar letras y mensajes muy hombrunos, aunque salgan de boca de una mujer. La casa Chanel, la del perfume, no se ha pronunciado al respecto, qué va decir por otro lado, pero quienes sí hablan y aseguran, además, que van a tomar medidas, son algunos grupos políticos parlamentarios. Por tongo, porque creen que deberían haber ganado cualquiera de las otras cantantes. Es decir, Rigoberta Baldini o Tanxugueiras. No sé a ustedes, pero al margen de lo que la canción elegida me pueda parecer, lo de politizarlo todo de este modo es muy penoso además de infantil.
Explican que es por el clamor social levantado ante la decisión. Un clamor social que proviene de, cómo no, las redes sociales. Pero, a ver, almas de cántaro: a estas alturas ya deberíamos saber que las redes sociales no son un baremo realista de la vida. Que todo es viral cuatro días hasta que es sustituido por otro asunto. Señalan que es una mala decisión; que el jurado no sabe votar. Algo parecido a lo que dijo Vargas Llosa en aquel congreso del PP que tan rana les salió. También se apuntó lo mismo cuándo mandamos, por votación popular, a Chiquilicuatre. El mal votar y el mal perder. Todo depende de cómo se mire, ¿verdad? O mejor, de en qué lado de la balanza estemos.
Se dice que la canción de Chanel es machista, que lo es, y que la de Rigoberta, por el contrario, es feminista, pero hay una parte del feminismo que no ha dicho ni mu sobre este asunto. A lo mejor lo de la teta les parece aprovecharse de una coyuntura social concreta. También puede ser que sencillamente Eurovisión les dé bastante igual, que era lo que ocurría con el festival de forma general hasta este año en el que, oiga, cosas de la vida, los políticos de todos los colores han intervenido y han creado corrientes de opinión. Pienso que es porque había que entretenernos.
Pensemos un momento. Tenemos a Rusia y a EE UU dispuestos a combatir, a España ofreciéndose a colaborar, la luz y el gas sin dar respiro, los mayores agrupándose para que los bancos no los traten como si fueran broza social, la campaña electoral de Castilla y León que no marcha bien para nadie, la reforma laboral que sigue a vueltas, la pandemia que va y viene, etc. y qué hacemos. Nosotros a lo nuestro.
¿Se acuerdan de Sabrina Salerno? De la nochevieja de 1987, cuando cantando su famoso 'Boys /Summertime Love', conocido por todos como 'Boys, boys, boys', se le salió un pecho. ¿Y del desnudo integral de Marta Sánchez? Pleno juicio de Amedo y todo el país hablando de la anatomía de la cantante madrileña. Han pasado 35 años desde lo de Sabrina y 31 desde lo de Marta Sánchez y aunque ahora hablemos de cosificación, sexualidad y feminismo contantemente, ¿qué es lo que hacemos? Sale una teta en el escenario y tenemos a medio país indignado y al otro medio aplaudiendo y a todos con muy mal perder.
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