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Proyecciones en el Campoamor.
La noche blanca de Oviedo desafía a la lluvia

La noche blanca de Oviedo desafía a la lluvia

Miles de personas participan en las actividades culturales programadas por toda la ciudad

Ana Salas

Sábado, 4 de octubre 2014, 23:07

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La fábrica de armas de La Vega atrajo muchas miradas anoche: las de un público curioso desconocedor de un espacio tan grande y rico en patrimonio; las de los extrabajadores que han tratado hasta el último momento de que el Ayuntamiento no abriera la factoría por respeto a su situación de indefensión laboral; y las de los políticos que les han apoyado o tratado de diferenciar un conflicto de un recinto industrial sin uso, clausurado, foco de muchas incógnitas y al que el alcalde evitó acudir ayer. Unas protestas y discusiones que incrementaron aún más la expectación por lo que anoche pudo verse en la factoría. Una pequeña zona, parte de esa 'Existencia oculta' del proyecto del artista japonés Tadanori Yamaguchi que «rompió los límites de su taller para ocupar la nave del claustro» de la fábrica. Su proceso «intimista, casi privado» frente a un bloque de granito, se vio ayer alterado. Su tensión muscular, su pulso, su calor, y cómo va modificándose la pieza se convirtieron en imagen y sonido, en una «experiencia multisensorial única» que sorprendió a los muchos que le observaron.

Volvió a abrir el monasterio de San Pelayo, para el canto de las Completas. Se habían anunciado dos y muchos tuvieron que conformarse con hacer la visita o buscarse otro de los 26 escenarios. Una lista con el museo Arqueológico o la delegación de Defensa de la plaza de España, la central de Telefónica de Llamaquique (con todas las visitas casi completas), la iglesia de San Isidoro con los cantos de la escolanía de San Salvador, el Palacio de Congresos con una exhibición de parkour, además de diez galerías con su propia programación. Algunas salieron a la calle, como fue Lola Orato con la 'Operación Hiedra' del colectivo Ciudadela en la calle Oscura y Arancha Osoro con la instalación 'Psichotic Game Graph' de Marta Fermín en el Campo San Francisco. Orato ofreció también los videojuegos de Whoot Games.

El parque fue el escenario en el que ayer celebró su décimo quinto aniversario Forma Antiqva, acompañada del cocinero Pedro Martino. El público eligió 15 canciones y otros tantos ingredientes que inspirasen al chef en la elaboración de un plato «improvisado» con el que intentar dejar claro que lo suyo «tiene un punto artístico». Se estrenó en un proyecto de estas características. Pero no fue el único.

Sonia Blanco no había bailado antes con mil personas a la vez. Anoche se convirtió en una novia a la fuga (con final feliz) en un 'flashmob' en la plaza de la Catedral promovido por Beat Films, la productora de Ramón Aser. Se convirtió en uno de los centros de la Noche Blanca y en la actividad más multitudinaria, en la que bailarines, aspirantes y espontáneos se pusieron de acuerdo para danzar sin miedo a la incesante lluvia.

Por la plaza de la Catedral tuvo que pasar en varias ocasiones Paco Cao, entre el museo de Bellas Artes y el Filarmónica casi no tuvo tiempo para nada. Hace años pensó en la idea de promover un concurso de belleza para proclamar quiénes son los más guapos personajes que cuelgan en las pinturas de la pinacoteca pero no fue hasta anoche cuando el artista ovetense pudo ejecutarla pensando que le sorprendería que María Luisa Gabriela de Saboya fuera aupada miss o el título de míster recayere en Carlos II o el marqués de Vadillo. Una noche entre el museo animada por la 'Suite electrónica' de Ambiento y el teatro Filarmónica, donde pudo verse su película 'El veneno del baile'. Cao hizo gala de sus dotes como coctelero anotando los ingredientes del Dry Martini que tanto gustaba a Luis Buñuel. El cineasta «está citado de manera indirecta» en el filme «por su narración libre desligada de la narrativa convencional», y por eso pensó en este homenaje en el antiguo bar del teatro.

Ocurría al tiempo que el ilustrador Aitor Sarabia junto con Rafael Doctor pretendían 'Sanar Oviedo' con sus dibujos en el edifico histórico de la Universidad. Pintó el desamor y los sueños de quienes se los contaron, y los guardó en secreto porque «las cosas tremendas» que le contaron ayer se quedan solo para los dibujos de los que hicieron cola desde la ocho para cambiar sus cuitas por la ilustración.

Una noche en la que muchas fachadas cobraron vida. Los alumnos de la Escuela de Arte se la dieron al teatro Campoamor (en su interior se desarrollaron unos 'Instantes' de Taller 3); y Children of Darkligth, al edificio de Joaquín Vaquero Palacios. En Ignacio Álvarez Castelao pensaron los arquitectos que forman el colectivo Kastel'14 para el 'vídeo mapping' sobre la fachada de la sede del colegio en Marqués de Gastañaga y la exposición y taller infantil ubicado en su interior.

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